La nueva mayoría conservadora que domina el Parlamento portugués aprobó ayer con holgura, aunque con toda la oposición en contra, el polémico impuesto al salario que ayudará a cubrir un desvío de 2.000 millones de euros en las cuentas del país.

El gravamen, equivalente a cerca de la mitad de la paga de Navidad de los trabajadores, fue anunciado en junio para garantizar la reducción del déficit fiscal de Portugal exigida por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio del rescate financiero concedido al Estado luso.

Aunque el impuesto aún debe ser debatido en comisión y aprobado otra vez en un pleno, la mayoría conservadora se estrenó ayer en la asamblea legislativa con esta primera votación.

La medida salió adelante con los 132 diputados -de un total de 230- que suman el Partido Social Demócrata y el Centro Democrático Social. Ambas organizaciones acabaron con seis años de Gobierno del Partido Socialista (PS) al ganar las elecciones anticipadas del pasado 5 de junio.