Republicanos y demócratas revelaron hoy dos planes paralelos de recorte en el gasto para romper el punto muerto de las negociaciones acerca del alza del techo de la deuda de 14,29 billones de dólares y evitar así la entrada en mora de Estados Unidos antes del 2 de agosto.

El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, presentó un nuevo plan de recorte del gasto, de 2,7 billones de dólares la próxima década, y lo calificó como "una propuesta que los republicanos no pueden rechazar".

Por su parte, los republicanos, encabezados por el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, hicieron lo propio con una propuesta diseñada en dos fases y que tiene como meta recortar el gasto público en 3 billones de dólares en total para los próximos 10 años.

Poco después de hacerse público el plan anunciado por el senador Reid, la Casa Blanca emitió un comunicado de respaldo a la propuesta demócrata e indicó que era un "enfoque razonable".

La Casa Blanca instó a los republicanos a que "acepten este nuevo plan para poder evitar la declaración de moratoria de EE.UU. por primera vez en su historia".

"La pelota está ahora en su campo", concluyó la nota presidencial.

A ocho días de que se cumpla el plazo definitivo identificado por el Departamento del Tesoro de EE.UU. como la fecha en la que el Gobierno federal deberá declararse en suspensión parcial de pagos, el pulso entre ambos partidos escenifica un nuevo capítulo de esta carrera contrarreloj.

Los demócratas han cedido en la reforma fiscal y han dejado de lado la subida de los impuestos, pero mantienen su oposición frontal a un plan como el republicano de corto plazo.

La propuesta presentada por Boehner permite la subida del techo de deuda hasta final de año, aunque exige que en enero de 2012 sea sometida a votación de nuevo por el Congreso tras la conformación de un Comité.