La policía noruega publicará hoy la lista de las 76 víctimas mortales del doble atentado del viernes en el complejo gubernamental de Oslo y en el campamento socialdemócrata de la vecina isla de Utøya, según medios locales.

Fuentes policiales confirmaron ayer esta cifra, que corrige el número de 93 fallecidos anteriormente difundido.

En el atentado con coche bomba en la capital noruega murieron 8 personas y otras 68 en el ataque en la isla, llevado a cabo una hora y media después.

Unas 200.000 personas participaron anoche en la denominada "Marcha de las Rosas" por Oslo, encabezada por el primer ministro Jens Stoltenberg y el príncipe heredero Haakon.

La marcha se produjo horas después de que el presunto autor de la masacre, Anders Behring Breivik, de 32 años, compareciera ante el juez instructor, que dictó ocho semanas de prisión preventiva, cuatro de las cuales en régimen de total aislamiento.

En la emotiva marcha por la capital, que estuvo acompañada de concentraciones parecidas en otras ciudades de Noruega, los ciudadanos desfilaron con flores y antorchas.

En el cierre de la concentración, en la plaza del ayuntamiento, Haakon subrayó en un discurso que "hoy las calles están repletas de amor", y recalcó que "hemos decidido responder al odio con unidad. Hemos elegido movilizarnos en pro de nuestros valores".

"Noruega es un país en luto. Recordamos a todos los que han sufrido pérdidas, desapariciones, y a todos los que han hecho un esfuerzo heroico", afirmó Haakon.

Stoltenberg instó a los ciudadanos a mantener su carácter tolerante y democrático, y destacó que "el mal puede matar a una persona", pero que nunca podrá "apoderarse de todo un pueblo".

El líder de las juventudes socialdemócratas, Eskil Pedersen, visiblemente emocionado, aseguró que los ataques "han cambiado para siempre" a Noruega, pero que está en las manos del pueblo decidir cómo va a ser esa transformación.

Para culminar la marcha, los participantes, con sus rosas en alto, entonaron en alto la canción noruega "Ja, vi elsker", que significa "Sí, nosotros amamos".

La marcha comenzó y terminó en la plaza del ayuntamiento, pero tras cerrarse la concentración oficial la gran mayoría de los participantes decidieron desplazarse hasta la catedral para depositar a la entrada sus rosas.

El mar de rosas sigue presidiendo hoy el templo, lugar de concentración de las muestras de dolor colectivo desde el mismo sábado.

La emotiva marcha se produjo horas después de que Breivik se reconociera ante el juez autor del doble atentado y lo calificara de ataque de "castigo a la socialdemocracia" por traicionar al país "importando" musulmanes.

Mientras tanto, aumentan las críticas a la policía por su respuesta a la crisis, que tachan de descoordinada, un asunto que las fuerzas de seguridad niegan, pese a haber anunciado la puesta en marcha de una investigación interna.

Breivik asumió la autoría pero se declaró "no culpable" en su primera comparecencia ante el juez instructor Kim Heger, que se realizó a puerta cerrada pese a la petición del acusado de que se permitiese la entrada de los medios para poder difundir su ideología.