El Gobierno alemán instó hoy al sindicato de controladores aéreos alemanes (Gdf) a retomar las negociaciones con el Departamento de Seguridad Aérea (DFS) para desconvocar la huelga de mañana martes.

El Ejecutivo no tiene "la menor comprensión" hacia la medida decidida por los controladores, afirmó un portavoz de Transportes, para invitar al sindicato a "reconsiderar" una huelga que provocará "graves perjuicios", no sólo al tráfico aéreo alemán, sino también al conjunto de la economía alemana.

El Gdf convocó la pasada madrugada un paro de seis horas, de las 04.00 a las 10.00 GMT, que paralizará el espacio aéreo del país.

Inmediatamente después, el DFS anunció la presentación de una demanda contra la huelga ante la Magistratura de Trabajo, tal como hizo la semana anterior, a lo que el tribunal respondió prohibiendo in extremis el paro.

El Gdf rechazó el viernes la última propuesta del departamento de seguridad aérea de reanudar las negociaciones, alegando que no llevaba implícita ninguna oferta nueva.

El pasado miércoles, los controladores aéreos desconvocaron en el último momento una huelga anunciada para el día siguiente, después de que la Magistratura de Trabajo la prohibiera y que no hubiese margen para presentar un recurso.

El GdF agrupa a 2.500 de los 5.000 profesionales del sector y su convocatoria de paro está respaldada por una votación interna entre sus afiliados, que rechazaron con más de un 95 por ciento la última propuesta de la patronal.

El sindicato mantiene su exigencia de un incremento salarial del 6,5 %, así como una mejora de las condiciones laborales, horarios de servicio y límites de las horas extras.

De realizarse, sería la primera huelga a escala nacional de ese sector y afectaría a los 16 aeropuertos internacionales del país.

Según el departamento de seguridad aérea, la huelga afectaría a unos 2.000 vuelos y paralizaría el espacio aéreo alemán.

Las principales aerolíneas que operan en Alemania han anunciado ya que adoptarán medidas de atención al pasajero similares a las establecidas durante la reciente crisis por las cenizas volcánicas procedentes de Islandia para hacer frente a la situación.