El presidente y director ejecutivo de News International, James Murdoch, ha negado este jueves que esta empresa actuase como una mafia en el escándalo de las escuchas ilegales que llevó al cierre del tabloide británico ''News of the World''.

Al interrogar a Murdoch en el Parlamento británico, el legislador Tom Watson, del Partido Laborista, ha sugerido que News International ha adoptado la norma de la ''omertà'', por la cual "un grupo de personas obligadas por el secreto persiguen los objetivos empresariales del grupo sin importarles lo que diga la ley", según ha informado la cadena BBC.

Esa es, a su juicio, "una descripción acertada de News International", la compañía del grupo News Corporation que publica periódicos en Reino Unido.

James Murdoch, hijo del magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch, ha dicho que esa afirmación es "ofensiva" y además "no es cierta". En este contexto, ha asegurado que en 2008 no sabía que las escuchas ilegales las había estado realizando más de un periodista y ha calificado de "erróneos" los testimonios de dos antiguos directivos del tabloide que dijeron lo contrario a los parlamentarios.

Murdoch ha repetido al comité que investiga este caso que cuando en junio de 2008 autorizó un acuerdo extrajudicial con el director ejecutivo de la Asociación de Futbolistas Profesionales de Inglaterra y Gales, Gordon Taylor --cuyo teléfono móvil fue intervenido por ''News of the World''--, no estaba al tanto de que las escuchas no las había estado realizando solo Clive Goodman, el periodista que se ocupaba de los temas de la Casa Real británica y que fue encarcelado en 2007.

ACTUARON "CON GRAN CELO Y DILIGENCIA"

Watson ha dicho al presidente de News International: "Usted debe de ser el primer jefe mafioso de la historia que no sabía que estaba dirigiendo una empresa criminal". Su interlocutor ha respondido que ese comentario le parece "inapropiado".

Aunque lo que ocurrió en ''News of the World'' es "algo muy lamentable", cuando aparecieron las pruebas "actuamos (...) con gran celo y diligencia para llegar al fondo de ese asunto y mejorar los procedimientos para asegurarnos de que no sucedía de nuevo", ha recalcado Murdoch.

El empresario también ha afirmado que nadie le había enseñado el documento presentado en junio de 2008 por el bufete de abogados Farrer and Co, que asesoró a News International en el caso de Gordon Taylor.

En ese documento se advertía de que en News Group Newspapers --que también publica ''The Sun''-- había "una cultura de acceso ilegal a la información para elaborar artículos que publicar" y de que si eso saliese a la luz sería "extremadamente dañino" para la reputación de la empresa.

Murdoch ha dicho que, "evidentemente", alguien dentro de la compañía había leído ese documento y también un mensaje de correo electrónico que, al parecer, contenía transcripciones de mensajes del buzón de voz de Gordon Taylor que ponían de manifiesto que su teléfono había sido pinchado.

"Pero nadie me mostró ni una cosa ni la otra ni hablaron conmigo de ello, así que yo no estaba informado", ha subrayado.

RESTRICCIONES

Cuando le han preguntado si algún otro periódico de News International podría haber llevado a cabo prácticas ilegales, el empresario ha dicho que la reciente detención de un periodista de ''The Sun'' es un asunto "muy preocupante". Pero ha agregado que por ahora no tiene "conocimiento de que otros periódicos hayan pinchado teléfonos".

Además, ha señalado que se ha "restringido seriamente" la contratación de investigadores privados en los periódicos de la empresa y que ahora los reporteros no pueden recurrir a ellos si no tienen la aprobación del director ejecutivo.

''News of the World'' desapareció el pasado julio, después de que se supiera que había accedido ilegalmente a los buzones de voz de los teléfonos de un gran número de personas, entre ellas la adolescente asesinada Milly Dowler.

James Murdoch, su padre y Rebekah Brooks, exdirectora del tabloide, aseguran que no conocieron el verdadero alcance de esa práctica hasta que a finales de 2010 se solicitaron pruebas en el marco de procesos judiciales.

La Policía Metropolitana de Londres ha elevado a 6.000 el número de personas que, según sus cálculos, podrían haber tenido sus teléfonos pinchados.