HAY MUCHOS compatriotas que están llamando a nuestro partido para exponernos sus dudas sobre lo que tienen que hacer o no hacer el carnaval este del 20N que la corona española prepara no solo en la metrópoli y pueblos que allí domina -vasco y catalán-, sino en sus colonias africanas, Canarias, Ceuta, Melilla y otras islas marroquíes.

Incluso me llamó un amigo gran empresario del sur de Tenerife y me dice que fue una lástima que el almirante Nelson no hubiese entrado en la isla, que si hubiéramos sido conquistados por los ingleses hoy seríamos independientes y hablando dos idiomas. ¡Que los independentistas tenemos razón y debemos seguir nuestros planteamientos, pero hay que explicarlo todos los días, ya que tenemos la suerte de contar con un gran periódico independiente como es EL DÍA, donde se pueden exponer todas las ideas y posiciones políticas!

Otros exponen sus dudas para el 20N sobre si es mejor votar nulo o blanco, pero, en general, casi todos se niegan a votar en estas elecciones montadas y amañadas por la monarquía española y sus esbirros -entiéndase partidos políticos españoles y autonomistas insularistas o asimilados agodados-, que han reconocido la bandera roja y gualda, la monarquía y el sistema electoral antidemocrático, así como la presencia colonial española en el continente africano (Canarias, y en Marruecos Ceuta, Melilla, islas Chafarinas y plazas islotes militares sobre la costa mediterránea de Marruecos).

Nosotros insistimos que el 20N, elecciones al parlamento y al senado español, es un problema de los habitantes de la metrópoli y ellos sabrán lo que tendrán que hacer para salir de la terrible situación económica y paro de los cinco millones a que han llegado. Los españoles, vascos y catalanes son mayores de edad, llevan muchos años de lucha y sabrán cómo salir de este abismo ante el que se encuentran; no somos nosotros los canarios, los trabajadores, los empresarios, los estudiantes o los campesinos, los que les tengamos que decir cómo actuar. De todas maneras, en España hoy en día se ha caído en el bipartidismo, que es lo que siempre buscaron Felipe González y Santiago Carrillo, excomunista europeo, enemigo de la independencia de Canarias, comunista Juan Carlist, como se hacía llamar después del 23F, cuyo delfín en Canarias fue el conocido José Carlos Mauricio, muy europeo y español él y miren dónde acabó.

Hay también muchos grupos u organizaciones políticas de nuevo cuño surgidos en esta colonia africana que van a concurrir en estas elecciones españolas del congreso y senado para impedir, dicen, que organizaciones autonomistas regionalistas españolas como Coalición Canaria sigan representando a los canarios en Madrid, pues mucha gente sabe que votar CC significa votar y apoyar al actual administrador de la colonia y exalcalde de El Sauzal, Paulino Rivero, y todos los impresentables políticos que lo acompañan como rémoras, que solo buscan el echadero, los enchufes y colocar a su familia en puestos bolsilleros o en negocios donde puedan hacer su agosto sin pensar nunca en el futuro de Canarias en tanto que nación.

Muchos canarios que lo conocen están ya hartos del paulinismo, del paulinato y del aula paulina, como fase superior del colonialismo español, y empiezan a vislumbrar los peligros que significaría que saliesen elegidos de nuevo gente del paulinismo como Ana Oramas, lo más negativo que ha tenido como representante Canarias en este último siglo, o el pobre niño Ríos y su alter ego Perestelo o, incluso, el presidente del cabildo tinerfeño, Ricardo Melchior, que hace últimamente innumerables declaraciones gratuitas contra el sentimiento independentista de nuestro pueblo y que los canarios deben emigrar, y no comprendemos qué busca con ello ni cuál es su juego, a no ser que quiera sustituir al ya usado Paulino Rivero, que ya está bastante quemado, y los propios gerifaltes de Coalición Canaria, o lo que queda de ella, se lo quieren quitar de encima, lo que no sería una mala cosa, pues es tan negativo y anticanario como la quícara Ana Oramas, que también se está promocionando para sustituir al del paulinato, aunque ya no tiene en Madrid a su gran amigo, Rodríguez Zapatero, el Cinco Millones de Parados y el del montaje de la Alianza de Civilizaciones que quiso hacer con los dictadores norteafricanos ya desaparecidos y con su amigo turco islamista Erdogan, que ocupa un tercio de un país europeo independiente, Chipre.

Además, el odio del exalcalde de El Sauzal hacia una empresa centenaria y seria como la del periódico EL DÍA, así como haberle quitado la radio de dicha empresa, Radio El Día, que era muy conocida en el archipiélago, como la voz del pueblo, y querer destruir el único órgano de expresión independiente y escrito de Canarias, han hecho que dentro de los empresarios autonomistas insularistas de CC quieran acabar con el maestro y exalcalde españolista de El Sauzal, venido a más, que se ha vuelto todo un personaje engreído por ser el fundador de lo que se llama el paulinismo o paulinato, fase superior del colonialismo. Lo peor es que se lo ha creído y se ha ofrecido obedientemente a la corona española para defender sus seculares intereses económicos y estratégicos en la colonia e incluso ir en contra de los intereses de Canarias y de la propia CC, por lo que el conglomerado de Coalición Canaria empieza a buscarse otras soluciones fuera de la autonomía -y la perspectiva de la independencia puede ser una- ante la catástrofe que se avecina si Canarias sigue a remolque de la metrópoli, condenada al futuro rescate, como Grecia o Italia, y al aumento imparable del paro, lo que la obligará a explotar y esquilmar a fondo sus colonias, especialmente Canarias, para intentar mantener el nivel de vida de la administración y corona española.

Hay ahora también otros grupos que quieren participar en este carnaval del 20N diciendo que ellos son de izquierdas, zurdos, verdes, rojos y de otros colores o marxistas -de Groucho Marx suponemos, porque nunca comprendieron ni leyeron los análisis de Karl Marx-, que se oponen a que la españolista Coalición Canaria sea la voz de las Islas en Madrid, diciendo que ellos son los buenos, inteligentes y honrados, la nueva izquierda nacionalista, con camisas nuevas de importación para ir a Madrid, pero que en el fondo lo que les gustaría a todos es estar en la capital del reino de España, como la Oramas o el niño Ríos, dándole la mano al rey o a la reina para salir en la foto y poniéndose firmes al oír el himno nacional español, diciendo que ellos también son europeos y no se sienten africanos, y por eso estarán en Madrid las nuevas voces de Canarias, cobrando dietas y viajes pagos, o si salen senadores imitar al exsenador Casimiro Curbelo en sus escapadas nocturnas, que, aunque nunca presentó una sola moción en nombre de su isla o de las otras en el senado español, se ha hecho famoso entre la conocida sociedad nocturna metropolitana de la madrileña calle Orense.

Otros dicen que hay que votar nulo o en blanco, porque así el voto se contabiliza y es mejor que la abstención y se dedican a unas elucubraciones sobre la ley d´Hont y sus cálculos mentales que más bien son soluciones a lo polichinela, y es una pena que se pierda tanto tiempo en ello, cuando el voto canario no influye nada en la metrópoli y a los canarios se nos toma a chirigota y se cachondean de nuestro hablar y de nuestras ideas independentistas, como hace unos días hizo el tal cómico mono Wyoming con tirantes en la Cadena 6. Claro que la matraquilla y el tejemaneje de la propaganda de estos días sacan a muchos compatriotas de quicio, así como la radio y la televisión y ese bosque de carteles con caras de sonrisas y una frase impactante para tontos y analfabetos políticos que inunda nuestras calles y plazas.

El debate del pasado lunes en la televisión con los representantes de los dos grandes partidos españoles ha sido seguido con interés en Canarias, pero no hay que olvidar que eso es un problema de la metrópoli y de buscar soluciones a la actual crisis y a los cinco millones de parados que ha traído Rodríguez Zapatero y sus muchachos. Tampoco olvidar que en los programas de dichos partidos monárquicos no están previstos el problema colonial de Canarias ni su solución para abandonar nuestra patria ocupada ni para establecer un calendario de descolonización de la primera colonia europea en África que hace muchos años estamos pidiendo. ¡Por cierto, aún no conocemos un partido político español, de esos que nos visitan por aquí buscando votos, que tenga en su programa la descolonización de Canarias y la entrega de las ciudades ocupadas de Ceuta, Melilla y las islas e islotes del norte de Marruecos!

Tanto el PSOE como el PP son partidos monárquicos y colonialistas y no van a apoyar nuestra descolonización gratuitamente y por las buenas, ni los otros partidos españoles tampoco, de las tendencias que sean, como IU. Es el pueblo canario, cuando consigamos estructurarlo con la fuerza suficiente, representando a todas las clases sociales e intereses de este país, quien podrá exigir a la metrópoli europea, a la corona española, el calendario de descolonización, que desde 1975 el MPAIAC viene exigiendo.

Por ello, participar en estas elecciones al congreso y al senado españoles en este siglo XXI es desintegrarse en tanto que persona y habitante de nuestro pueblo; es renegar de nuestro futuro y de nuestra futura nación africana que estamos ayudando a nacer. Es desvalorizarse ante sí mismo y ante sus amigos y compatriotas canarios, que creemos en nuestra nación y en nuestra república. Es el hecho de intentar disolverse en otro pueblo no africano, sino europeo; es querer ser español y no canario; es perder nuestra personalidad de lucha y los múltiples éxitos de nuestra diplomacia, que logró ya el 20 de julio de 1968, en la sexta reunión de jefes de Estado africanos, que la OUA declarase "que Canarias no es una parte de España, sino de África, y su pueblo, como todos los pueblos dominados de nuestro continente, tiene derecho a su autodeterminación e independencia", y eso está ahí y no lo pueden borrar.

Si un pueblo tiene necesidad de su independencia para desarrollarse económicamente y culturalmente y liberarse, ¿en nombre de quién se le va a impedir? Tenemos la legitimidad de los territorios que componen nuestro pueblo, conquistado y colonizado en el siglo XV tras una feroz resistencia de un siglo; tenemos la voluntad de los que llevamos luchando más de cuarenta y siete años en esta última etapa; tenemos una diplomacia y un movimiento de liberación, y si aún no somos independientes ha sido por el acto de terrorismo de Estado del gobierno de Adolfo Suárez y Martín Villa, que impidió que nuestra causa colonial africana, que reunía todos los condicionantes, fuese estudiada y aceptada por la Asamblea General de la ONU en abril de 1978; nos falta aún un gobierno, que saldrá de y en Canarias, a pesar de los manejos de Madrid y sus múltiples esbirros de todo color.

Ya en el año 1933, la Convención de Montevideo sobre los derechos y los deberes de los Estados, adoptada en la séptima conferencia internacional americana, firmada en Montevideo en 1933 y registrada en enero de 1936, no retenía para la definición de un Estado sino cuatro condiciones esenciales: un gobierno, un territorio, una población y una diplomacia. No hablaba de los territorios coloniales, puesto que el continente americano hacía ya tiempo que había expulsado el nefasto colonialismo español que tanto mal causó en aquel continente. Tuvo que terminar la Segunda Guerra Mundial para que se plantease con toda su crudeza el problema de las colonias europeas, que fue recogido en la Carta de las Naciones Unidas en 1945, y alcanzar a la declaración 1514 (XV), de 1960, sobre el derecho de los pueblos, y tres años después, en 1963, la creación de la OUA y la lucha gloriosa de las colonias portuguesas y contra el apartheid en África del Sur, así como la lucha del MPAIAC a partir de 1964.

Fue dentro de este contexto cuando llegó el despertar de los primeros patriotas canarios, que organizaron el Movimiento Canarias Libre en la isla de Tamarant en 1960, pensando en la independencia, pero obstaculizados por el PCE de Santiago Carrillo, lo que hizo que se disolviese tras el proceso de Burgos y entrasen en el PCE muchos de los fundadores de los de la isla de Tamarant, abandonando la solución independentista, que solo pudo seguir el MAC, fundado en la clandestinidad en la isla de Chinet o Tenerife y que acabó transformándose en el MPAIAC, en 1964, en el exilio de Argel.

Nuestro partido político, el Congreso Nacional de Canarias, CNC, brazo político del Movimiento de Liberación Africano, el MPAIAC, preconiza en este siglo XXI la abstención, y damos razones para ello e incluso hemos lanzado una enorme campaña de prensa para que lleguemos a obtener 600.000 personas que se abstengan. Hemos explicado, con cifras oficiales, que el último censo electoral era de 1.474.474 votantes, pero que ahí hay 500.000 españoles de la Administración pública, de la Justicia, del Ejército, de la Policía y demás cuerpos del Estado colonial que están inscritos como residentes, así como más de 350.000 europeos residentes con derecho a voto y que el tal Paulino Rivero reclama como canarios; los canarios somos aquí solamente un millón y un millón y medio en la diáspora en América. En las últimas elecciones coloniales de mayo pasado, los votos nulos fueron 25.191; los blancos, 25.192; votaron 592.192 y la abstención que preconizamos fue de 542.358.

En la campaña que llevamos a cabo es ir a por las 600.000 abstenciones. No es fácil porque muchos canarios se dejan engañar por la propaganda de los partidos, ya sean españoles o canarios, pero debemos insistir en que ese 20N se queden en sus casas o vayan a la montaña o a botarse a las playas o a un asador y a disfrutar de vacaciones dominicales, pues al actuar así están haciendo patria y dejando en ridículo al sistema colonial español y colaborando con nuestra causa por arrancar los justos y legítimos derechos nacionales que nos corresponden en tanto que pueblo africano colonizado, para instalar en estas islas la República Federal Canaria, Laica y Social que todos soñamos, patria feliz y libre de todos los canarios de bien.

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