El papa viajará del 18 al 20 de noviembre por segunda vez a África, en una visita que le llevará a Benin y que se considera la "segunda parte" de su primer viaje, que estuvo marcado por la polémica generada por sus declaraciones contra el uso del preservativo para luchar contra el sida.

El objetivo de este segundo viaje es entregar a los prelados africanos el documento final del II Sínodo de Obispos africano celebrado en 2009 en el Vaticano.

En marzo de 2009, Benedicto XVI puso por primera vez pie en África, donde visitó Camerún y Angola, en un viaje en el que entregó a las conferencias episcopales el "Instrumentum laboris" o documento de trabajo para la preparación del II Sínodo para África.

Desde su inicio, el viaje se vio envuelto por la polémica, después de que Benedicto XVI dijera en el avión que le llevaba desde Roma a Yaundé que el sida "no se combate sólo con dinero, ni con la distribución de preservativos, que, al contrario, aumentan el problema".

El sida, según el papa Ratzinger, se vence con "una humanización de la sexualidad y nuevas formas de conducta".

Sus palabras, en un continente donde 27 millones de personas están contagiadas con el virus del sida, fueron duramente contestadas desde varios países occidentales, que subrayaron que el preservativo es un elemento fundamental para prevenir la transmisión de la enfermedad.

La polémica sobre el sida dejó en un segundo plano sus duras denuncias sobre la situación de África, que -dijo- está "en peligro" debido a personas "inmorales sin escrúpulos que intentan imponer el reino del dinero despreciando a los más indigentes".

El documento preparatorio del Sínodo, que entregó a los prelados en Yaundé, iba en esa línea y en el texto se denunció a las multinacionales por "invadir" gradualmente el continente africano para apropiarse de los recursos naturales con la complicidad de los dirigentes locales, de los que obstaculizan la democratización de sus países, añadió.

En Luanda dijo que ha llegado el tiempo de la esperanza para África, pero que es necesario acabar con la corrupción y que los países ricos respeten la promesa de destinar el 0,7 % de su PIB para ayuda al desarrollo.

"Vosotros podéis transformar el continente, liberando vuestro pueblo del flagelo de la avidez, de la violencia y del desorden, llevándolo por el camino de una moderna civil democracia", afirmó el papa ante el presidente angoleño, José Eduardo Dos Santos.

El II Sínodo para África se celebró en el Vaticano en octubre de 2009 con la asistencia de 244 obispos, que hicieron público al final un mensaje en el que reiteraron que el sida se combate con la castidad y la fidelidad, y no con preservativos.

"África, levántate y camina, no hay tiempo que perder, es tiempo de cambiar", manifestaron los prelados, y subrayaron que el continente negro "no es impotente", que su destino está en manos de sus habitantes y que "mirando a Cristo llegaremos al buen puerto de la reconciliación, de la justicia y la paz".

Los prelados denunciaron el fanatismo religioso que se está difundiendo en todo el mundo y abogaron por el diálogo y el respeto recíproco con las otras religiones.

Asimismo, pidieron a las multinacionales que "cesen" la "devastación criminal del medio ambiente" en beneficio propio y aseguraron que es una "política miope" fomentar guerras "para obtener beneficios rápidos del caos, al precio de vidas y sangre".

Los prelados hicieron 57 propuestas al papa para que preparase con ellas el documento final, que les entregará ahora en Benin.

En esas propuestas, los prelados hicieron un llamamiento para que cesen las guerras y reclamaron que los enfermos de sida africanos reciban tratamientos de la misma calidad que en Europa.

Al mismo tiempo, los prelados abogaron por ayudar a las parejas de contagiados de sida "para que tomen las medidas justas, con plena responsabilidad para el bienestar recíproco, la unión y la familia".

En esa frase, observadores vaticanos vieron una "pequeña apertura" de la Iglesia africana al uso del preservativo en los matrimonios en los que uno de sus miembros está contagiado y rechaza no mantener relaciones sexuales.

Benedicto XVI clausuró el sínodo con una misa solemne en la que hizo un "apremiante" llamamiento a la reconciliación en África y exigió un cambio del modelo de "desarrollo global", para que éste pueda "incluir a todos los pueblos y no solamente a los más preparados".