Las autoridades sanitarias francesas alertaron hoy sobre los efectos secundarios de los productos blanqueadores de la piel, que exponen a los usuarios no solo a enfermedades dermatológicas, sino a complicaciones renales y neurológicas.

La Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Productos de Salud (AFSSAPS) y la Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión de Fraudes (DGCCRF) indicaron en un comunicado que esos productos contienen a menudo dermocorticoides, hidroquinona e incluso derivados del mercurio.

Y su uso, según ambas instancias, puede provocar infecciones cutáneas, acné y problemas de pigmentación, y puede ser fuente también de "riesgo agudo principalmente de diabetes e hipertensión arterial, complicaciones renales y neurológicas".

Tales compuestos, que llegan en forma de cremas, geles o jabones y que se aplican solos o combinados entre sí, a menudo durante años, exponen también a los niños a riesgos tóxicos en caso de que la usuaria esté embarazada o dando de mamar.

La AFSSAPS y la DGCCRF, que han lanzado una campaña de información al público, tras la de control de mercado realizada en 2009 y 2010, indica que los análisis efectuados en más de 160 productos evidenciaron proporciones "elevadas de elementos no conformes a la reglamentación y peligrosos para la salud".

El año pasado, según su nota, se encontraron sustancias prohibidas en un 40 por ciento de las muestras analizadas, diez puntos porcentuales más que en la evaluación llevada a cabo el año anterior.

Esos dos organismos recomendaron a los usuarios que no recurran a la despigmentación voluntaria, y que en caso de hacerlo consulten con un médico si perciben efectos "indeseables".

Asimismo, invitaron a no utilizar compuestos en cuya etiqueta se mencione la presencia de hidroquinona, corticoides, derivados del mercurio y directamente todos aquellos que no especifiquen claramente su composición.

Entre la lista facilitada con cosméticos que no se ajustan a la normativa los hay procedentes de Francia, Estados Unidos, Costa de Marfil, Senegal o el Congo, según se puede leer en la página web de la AFSSAPS, donde se recuerda a los profesionales de la salud su obligación de declarar ante la agencia los efectos secundarios que detecten.