Pájara es uno de esos núcleos diseminados a lo largo del litoral de Agache, comarca del municipio de Güímar, donde sus habitantes se enfrentan cada día a carencias en los servicios esenciales, entre ellos, el más importante: "El agua potable, de la que carecemos hace ya más de cinco décadas", explica Yeray Díaz, quien lleva más de 20 años asentado en el lugar.

Los habitantes de esta zona, y en concreto de la calle Lomo del Viento Abajo, a través de la cual discurren varias viviendas en las que están asentadas las familias incluso con niños y explotaciones agrícolas, el agua que llevan hasta sus hogares procede de "un estanque, que se repone con agua de riego, mientras que para el consumo diario debemos cargar con garrafas".

Cansados ya de esta situación, han decidido presentar un escrito en el Ayuntamiento de Güímar, avalado por quince firmas, que incluso dio como resultado una reunión con el alcalde, Rafael Yanes, quien les explicó las dificultades económicas actuales para poder hacer frente a este proyecto.

Aunque en la comarca costera hay otros enclaves que también carecen de agua, esto no es un consuelo para los vecinos de Pájara, pues consideran que el simple hecho de llevar tantos años sin la misma, "es lo que provoca que no se le dé una solución inmediata".

Además, señalan que en la calle Lomo del Viento "tampoco tenemos el servicio de basura", por lo que deben desplazar sus desechos en coche a lo largo de un recorrido de más de 500 metros, algo que se merece el calificativo de "tercermundista" para quienes lo padecen, que también explican que "por lo menos han tenido la decencia de limpiar la calle hace algún tiempo, porque antes parecía un camino de cabras".

No obstante, señalan que a la hora de pagar los impuestos "sí que estamos equiparados en nuestras obligaciones como cualquier vecino de Güímar, salvo la basura, porque no la tenemos, puesto que los contenedores están en la carretera general".

Comentan que su situación "es crítica", pues el agua que utilizan para el aseo personal y regar las plantas "viene de un pequeño estanque de regadío, cuya agua viene turbia, ya que la galería de la que procede está en obras, además de que representa un riesgo porque el lugar por el que se canaliza está abierto y ahí puede caer de todo".

Además, para poder "disfrutar" de esa agua, somos accionistas de la galería, por lo que disponemos de horas para poder acceder a la misma". De momento, el primer paso ha sido presentar el escrito, cuya respuesta por parte del alcalde no les satisface, pues ven que sus carencias se van a demorar más en el tiempo.

No obstante, Rafael Yanes señaló que la respuesta no es definitiva, por lo que indicó que "el proyecto se ha contemplado y habrá que estudiar su viabilidad".

En este sentido, el alcalde de Güímar indicó que "se trata de un problema que ya lleva muchos años, y no es de reciente creación. La situación económica impide inversiones y lo tendremos presente para cuando sea posible".

Así, Yanes reclamó a los afectados que "nos concedan un margen de tiempo para poder solventar algo que ya lleva mucho tiempo, por lo que haremos todo lo posible".