Los independentistas flamencos de la N-VA, ganadores de las últimas elecciones en Bélgica pero fuera de la coalición que formará gobierno tras casi año y medio de crisis política, siguen creciendo y serían con diferencia la fuerza más votada del país si hoy se celebrasen elecciones.

Según el primer sondeo de intención de voto publicado tras la firma del acuerdo sobre el que la próxima semana se constituirá finalmente un nuevo ejecutivo, la N-VA lograría casi el 40 % de los votos en Flandes, la región más poblada de Bélgica.

Esa cifra le aseguraría ser, con claridad, la mayor fuerza del parlamento federal.

Fuera de la futura coalición de gobierno a seis liderada por el socialista Elio Di Rupo, los independentistas habrían sabido aprovechar la erosión que el resto de fuerzas ha sufrido durante las negociaciones gubernamentales para crecer casi 4 puntos porcentuales respecto a un sondeo similar publicado en septiembre.

Sin embargo, su popular y polémico líder, Bart De Wever, registraría casi por primera vez una pérdida de popularidad, con una espectacular caída de 12 puntos, pese a lo que seguiría siendo el político preferido de los flamencos.

Los analistas atribuyen ese bajón a la decepción de muchos de sus seguidores por el acuerdo para la reforma del Estado pactado por el resto de principales fuerzas sin la N-VA, que avanzará tibiamente en la autonomía de las regiones.

De Wever, tras su victoria electoral en junio de 2010, había prometido un "giro copernicano" en la organización política del país.

Tras la N-VA, las principales fuerzas en Flandes serían los socialistas del SP-A, los democristianos del CD&V y los liberales del Open-VLD, todos con una intención de voto de entre el 12 y el 14 %.

Mientras tanto, en Valonia, el partido socialista de Di Rupo perdería un 1,7 % a pesar del acuerdo de gobierno, pero se mantendría como la fuerza más votada.

Le seguirían, según la encuesta del diario "La Libre Belgique" y la televisión pública "RTBF", los liberales del MR, los verdes de Ecolo y los humanistas del CDH.

El futuro primer ministro es el líder preferido en el sur del país con un amplio margen.

Los seis partidos que formarán gobierno celebran esta semana congresos para que sus militantes den luz verde al acuerdo político que pondrá fin a la crisis y para elegir los nombres de los ministros que formarán el Ejecutivo.

Está previsto que el nuevo gabinete se constituya a principios de la próxima semana.

Por primera vez desde 1974, Bélgica tendrá un primer ministro francófono, en lugar de un político neerlandófono, el mayor grupo lingüístico del país y entre el que una hipotética escisión cuenta con más apoyo.