iberostar 91

melilla 70

Iberostar(22+28+17+24). Sabat (13), Richotti (15), Rost (15), Guillén (7), Donaldson (11) -inicial-, Yáñez (3), Fuentes (2), Heras (5), Romén Hernández (-), Chagoyen (8) y Lampropoulos (12).

Melilla(24+13+16+17). Riera (12), DeVries (14), Almazán (2), McKeither (13), Wachasmann (2) -inicial-, Odiakosa (19), Marco (3), Salva Arco (5), Manzano (-), Romero (-) y Suka (-).

ÁrbitrosGarmendia (Madrid) y Santana (Canarias).

Parciales13-11, 22-24, 32-33, 50-37; 60-49, 67-53, 83-60 y 91-70.

IncidenciasPabellón Insular Santiago Martín. Unas 2.555 espectadores, según el club canarista.

El Iberostar Canarias demostró ante el Melilla que es un equipo muy completo y que tiene argumentos claros para sacar un encuentro adelante. A medida que avanzan las jornadas, el equipo juega mejor. Ayer, no es que hiciera un partido como se ha visto con el Burgos o como contra el León. Fue un ejercicio de paciencia y aprovechando cualquier ocasión para machacar al rival.

Ya no se puede decir que el equipo es solo Guillén y Donaldson. Ante el Melilla fueron muy bien defendidos y, además, no estuvieron como en otras ocasiones, pero sus relevos -Chagoyen y Lampropoulos- fueron dos de los hombres determinantes para ganar el duelo contra el equipo norteafricano.

Y parecía que iba a costar mucho más. Gonzalo García, entrenador del Melilla, planteó un partido duro de inicio. Wachasmann se encargó de la defensa de Guillén, mientras que McKeither se emparejó con Donaldson.

Por ahí no había posibilidad de entrar, con lo que el Canarias optó por el lanzamiento exterior. Allí estaban Levi Rost, Richotti y Sábat para mantener al equipo en el partido.

Pero el Melilla iba al ataque, haciendo un juego ofensivo que no le viene bien al Canarias: correr y buscar canastas con rapidez. Este inicio, por tanto, no fue bueno para los aurinegros que vieron como su rival mandaba en el marcador al final del primer cuarto (22-24).

El partido estaba muy vivo. Los laguneros no estaban del todo acertado, aunque lo suficiente para que su rival no se fuera en el marcador. Jesús Chagoyen entró por Guillén y le dio otro aire a su equipo. Por lo pronto, el Canarias empezaba también a anotar desde dentro.

Y llegó el momento clave del partido. Del 32-33 del minuto 14 se pasó de un 48-33. Fue visto y no visto. En tres minutos el Iberostar Canarias se "comió" a su rival. Junto a Chagoyen apareció Fotis Lampropoulos, que había sustituido a Donaldson. Yáñez aportó su triple y Sábat no quiso ser menos.

El Melilla se había atascado ante un rival que tuvo más recursos. Se pasó del juego rápido y acertado del Melilla a un ataque descontrolado. Sólo el ex jugador del UB La Palma Dimna Odiakosa puso peligro ante la canasta del equipo local. El técnico del Melilla estaba esperando como loco el descanso. Sus dos tiempos muertos no lograron solucionar el problema y esperaba ese tiempo de descanso para reconducir a los suyos.

Se llegó al intermedio, por tanto, con un marcador de 50-37, una ventaja semi cómoda pero tal y como habían ido los quince primeros minutos de partido, era una diferencia importante.

Salió algo más centrado el Melilla en el tercer cuarto. Intentó hacer el mismo juego del inicio del choque, pero ya el Iberostar Canarias tenía la lección bien aprendida y no permitió que su rival se acercara en el marcador.

La ventaja para los canaristas se mantuvo en torno a los quince puntos en el tercer cuarto, una diferencia que no te permitía relajarte un momento, pero sí a jugar con cierta comodidad.

A dos minutos del final del tercer periodo se produjo la lesión de Levi Rost. El jugador cayó al intentar taponar a un rival y se lesionó en la mano. Ya en el último cuarto, el Canarias no encontró rival y llegó a ponerse a 25 puntos (87-62, min. 38). Al final ganó como a todos los que han pasado por el Santiago Martín.