El Parlamento griego vota hoy el presupuesto para 2012, muy recortado por las exigencias de ahorro de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de reducir el gigantesco déficit del país.

No se esperan sorpresas ya que el Gobierno de unidad nacional que preside el exvicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) Lukás Papadimos cuenta con una amplia mayoría.

Los tres partidos que integran el Ejecutivo -el Partido Socialista Panhelénico (PASOK), la conservadora Nueva Democracia (ND) y el ultraderechista LAOS- suman 252 de los 300 escaños del Vuli, el Parlamento heleno, a los que se podrían sumar varios diputados independientes liberales y de centroderecha.

Sin embargo, el debate en los últimos días ha sido duro, tanto entre las diversas formaciones políticas como en su seno, por lo que la votación podría abrir brechas en la coalición.

De hecho, las tres semanas del nuevo Gobierno están pasando factura a las formaciones que apoyan a Papadimos, pues su popularidad se ha reducido varias décimas en este periodo y mucho más en los últimos dos años, según una encuesta realizada por el instituto demoscópico GPO para el canal de televisión MEGA.

De este modo, de celebrarse elecciones hoy, el PASOK obtendría un 15,3 %, de los votos frente al 44 % logrado en los comicios 2009; ND un 21,5 % (frente al 33 ), y LAOS un 7,1 %, un resultado mejor que en 2009, pero peor que el augurado por anteriores encuestas.

Sin embargo, crecerían de forma exponencial el Partido Comunista, al pasar del 7,5 % al 10 %, y la Coalición de Izquierda Radical, que pasaría del 4,5 % al 6,3 %, mientras que dos nuevos partidos progresistas entrarían en el Parlamento: Izquierda Democrática, con el 6,3 %, y Ecologistas Verdes, con el 3%.

Antes de la votación, prevista para la medianoche de hoy (22.00 GMT), tendrán lugar las dos últimas sesiones de debate, una a las 10.00 hora local (08.00 GMT) y otra a las 18.00 hora local (16.00 GMT), en la que comparecerá el primer ministro Papadimos.

El objetivo principal es lograr un superávit primario del 1,1 por ciento que, tras el pago de deuda e intereses, llevará a un déficit del 5,5 por ciento del producto interior bruto (PIB), frente al 9 por ciento que se espera para 2011.

Para ello, el gasto público se recortará en 5.000 millones de euros mediante la reducción de los salarios públicos, las pensiones y el presupuesto de Educación, que será un 60 por ciento más bajo, entre otras partidas que serán disminuidas. En cambio, crecerán las destinadas a armamento militar e Interior.

Los ingresos del Estado aumentarán un 7,1 por ciento mediante la aplicación de nuevos impuestos indirectos y una mayor tasación directa, que se centrará en los particulares, mientras que la presión fiscal a las empresas disminuirá.

Otro componente crucial del presupuesto será el éxito del programa denominado Participación del Sector Privado (PSI), por el que los bancos y grandes fondos de inversión que poseen unos 206.000 millones de la deuda griega deberían acceder a canjearla por nuevos bonos a la mitad de su valor.

Pero en los últimos días, dados los vaivenes de la zona euro, los acreedores han presentado reticencias a esta medida excepcional, contemplada en el acuerdo entre la UE y Grecia de finales de octubre y que ayer uno de los miembros del consejo de gobernadores del BCE, Athanasios Orfanides, calificó de "terrible error".