"RIVERO advierte a Rajoy que pensar solo en recortes no resolverá nada". Eso publicaba el lunes un periódico editado en Tenerife hijuela de uno de Las Palmas, los dos con difusión mínima y a la baja, aunque intentan falsificar los datos del Estudio General de Medios para desacreditar a EL DÍA y, de paso, darse importancia ante unos lectores de los que carecen. Pero eso no nos importa; lo que nos incumbe, aunque ni siquiera eso, es otra idiotez del señor Rivero. ¿Pero quién puñetas es este déspota político para hablar de recortes, cuando él mismo ha recortado lo indecible en sanidad para no bajarse ni del coche oficial ni del helicóptero, en el que cada vez vuela más alto huyendo de las posibles pedradas de un pueblo harto? Porque lo canarios están hartos de Rivero y de la caudilla que tiene por esposa y cogobernanta. Tan cansados de sus torpezas, necedades, despotismos y arbitrariedades políticas como nunca se habían visto en esta tierra, que el día menos pensado se van a echar a la calle de una forma nada pacífica. Una actitud que no alentamos. Al contrario, siempre hemos pedido que el proceso conducente a nuestra soberanía nacional, a nuestra independencia, se desarrolle por vías pacíficas. Son este matrimonio a la rumana y la caterva de caraduras políticos que los acompañan quienes están tensando al máximo una cuerda ya al borde de su punto de ruptura.

Añade Paulino Rivero, ejerciendo un cinismo político que igualmente jamás se había visto en estas Islas, que el recorte en el gasto público no está reñido con la generación de actividad económica. Este hombre pretende tomarle el pelo a todo el mundo. ¿A qué actividad económica se refiere? ¿A la de una comunidad autónoma como la canaria -que no tendría por qué seguir siendo comunidad autónoma de España, porque Canarias ni es España, ni es de España- donde hay casi 300.000 personas sin empleo y cada vez son más? ¿Ha sido capaz este déspota político y su Gobierno de ineptos de acabar con las vergonzosas colas del hambre? ¿Y con las colas sanitarias? ¿Han sido capaces de acabar con las listas de espera en los hospitales? ¿No leen él y los suyos EL DÍA? Y no nos referimos a leer la letra pequeña, sino la de los grandes titulares en primera página. ¿No se han enterado de que ya no quedan citas durante el año 2012 -todo el próximo año- para atender a las personas que precisen acudir a una consulta de oftalmología? Una consecuencia más de los desatinos, de la pésima gestión de este déspota.

Por si fuera poco, habla este necio, torpe y cínico político de la varita mágica que no tendrá Mariano Rajoy al frente del futuro gobierno del PP. Lo que hay que ver y oír: un mago hablando de varitas mágicas. ¿Qué potestad tiene para mentar la magia alguien que ha transformado unas Islas Afortunadas, casi mágicas, en un infierno de miseria y desesperanza? La gran magia para todos los canarios sería que él y la caudilla desaparecieran del escenario político instantáneamente y no reaparecieran nunca más.

Paulino Rivero no ha sabido defender los intereses de Canarias ni los de Tenerife. Un ejemplo lo tenemos en el caso de La Teresitas; una burda maniobra ejecutada desde Las Palmas, mediante denuncias interesadas que han puesto en marcha un proceso judicial, para que Santa Cruz siga sin contar con la playa que le corresponde. No le ha servido a la prensa canariona que todos los imputados por el delito de cohecho hayan sido exonerados por la juez instructora del caso. Tanto es el afán en la tercera isla por acabar con Tenerife, que se sigue insistiendo en este asunto. Como ha dicho nuestro columnista Roger en su sección A Fondo, "se trata de una agresión continuada que ahora se agrava con el secreto del sumario. Una conversación telefónica se titula como si fuera un delito; un almuerzo como si se tratara del cenit de la corrupción; una conversación banal se eleva al límite de deshonesta; el ser agraciado por un sorteo de lotería parece que es un escándalo, exagerando además los datos y mintiendo".

¿Es esta la Justicia que nos merecemos los canarios? ¿No es hora ya de que tengamos nuestra propia Justicia, emanada de nuestras propias leyes, como ocurre con cualquier nación libre y soberana?