Siempre hubo quien, atenazado por sus circunstancias, intentó que la sociedad no avanzase hacia un mundo mejor. Hay en nuestra historia numerosos ejemplos de inmovilismo y falta de visión, e incluso miedo al futuro.

Actualmente, el sector energético mantiene un pulso tecnológico y económico que reproduce un nuevo episodio de miedos y falta de visión. Curiosamente, la energía renovable está señalada por algunos como la culpable de todos los males económicos e ineficiencias del sector eléctrico en España. Digo curiosamente porque no deja de ser tremendamente contradictorio que uno de los éxitos más destacados de este país en los últimos años se haya convertido en el azote continuo que algunos han decidido frenar.

Cuando Thomas Malthus (economista, demógrafo, sacerdote inglés, 1766 -1834) nos aterrorizaba con su "Ensayo sobre el principio de la población", sus augurios futuros de insostenibilidad del sistema, de hambruna y muerte, parecía absolutamente certero en sus predicciones, pero erró. No tuvo en cuenta la innovación ni las economías que se producirían por los cambios introducidos por valientes y visionarios.

Cuando llegó la revolución del ordenador personal, fue señalado por algunos, muchos, como el comienzo de la desgracia del planeta, destruyendo puestos de trabajo y no permitiendo que las personas encontrasen trabajo. Ya ha pasado tiempo y nada de eso ocurrió, más bien todo lo contrario. De nuevo el miedo.

Cuando llegó internet, etc., lo mismo en cualquier sector que se te ocurra. El miedo a lo nuevo es sinónimo de inmovilismo. El miedo es una reacción natural, pero nuestra historia está llena de valientes visionarios, grandes líderes que fueron capaces de ver más allá y con el tiempo traer grandes mejoras y oportunidades a nuestra sociedad.

No hace falta ser un experto en el mundo energético para darse cuenta de que algo similar está pasando hoy con la energía renovable. ¿Hay miedo a lo desconocido?, ¿o quizás hay una situación actual que me trae comodidad?

La incorporación con fuerza de la energía renovable al mix energético español ha logrado grandes éxitos para nuestra sociedad. Ha habido decisiones valientes que nos han orientado hacia un futuro mejor. Pero los miedos o la comodidad de algunos pocos están intentando frenar el avance de lo razonable y de lo lógico.

La generación renovable ha roto numerosas premisas en España. Ya no es algo desconocido.

Primero se nos dijo que el sistema no podía soportar porcentajes que ahora se antojan ridículos. Solo como referencia comentar que en el pasado 6 de noviembre se ha logrado que un 59,6% de demanda eléctrica (20.922 MW) se cubriera con generación eólica (12.476 MW) en España. Y entonces ¿dónde quedan aquellos que decían que era técnicamente imposible lograr algo similar? En noviembre, el 51,8% de la producción eléctrica procedió de tecnologías que no emiten CO2.

Después se nos dijo que eran tecnologías caras. Para que conozcan la realidad actual, los costes en Canarias de generación renovable están muy por debajo de la generación convencional. El precio del MWH en Canarias está entre 190 euros/MWH y 260 euros/MWH, según el día y la hora; y la generación eólica cuesta 78 euros/MWH y la solar fotovoltaica en suelo, en la convocatoria de enero próximo, que es la que está en vigor, cuesta 121 euros/MWH en suelo y 193 euros/MWH en tejado potencia mayor de 20 KW. Mucho más barato.

Ya tenemos dos elementos de juicio importantísimos que nos permiten enjuiciar lo que está pasando. Hay muchas más ventajas. Pero sabiendo esto, es decir, que técnicamente es posible incorporar un importante porcentaje de generación renovable a la red y que es más barato, ¿qué podemos pensar para que no haya más potencia renovable?

A mi juicio, falta visión en algunos responsables en las instituciones, que deben ser más valientes y coherentes en sus decisiones. No podemos soportar esta maraña administrativa que no permite el desarrollo de acciones, que son solo buenas, innovadoras y de futuro para nuestra tierra. El impacto de la renovable en Canarias solo aporta ventajas, es estratégico, son fuentes de energía autóctonas, es economía sostenible y más barato que la convencional, es creador de puestos de trabajo, es motor de la innovación, es la fórmula para reducir emisiones, enfermedades y costes sanitarios; es la manera para diferenciarnos turísticamente de destinos más baratos: la marca "Canarias renovable". ¿A qué esperamos?

Desde estas líneas, hago un llamamiento a todos los actores del sector energético para que se sumen al cambio. Que sean ambiciosos y visionarios. Que hay argumentos de sobra a favor, y en el cambio de modelo energético está la oportunidad. Como dice la frase: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". ¿Quién dijo miedo?