El próximo Concierto de Navidad de Puertos de Tenerife tendrá acento canario, no solo el del tenor lagunero Jorge de León, cuya presencia se anunció recientemente, sino el de la santacrucera Raquel Lojendio, una apuesta personal del director Víctor Pablo Pérez, que volverá a liderar a la Orquesta Sinfónica de Tenerife en la cita de final de año y, a continuación, en el Festival de Música de Canarias.

Aunque debuta en la plaza portuaria de su ciudad natal, la soprano tinerfeña no es nueva en este tipo de espectáculos. Hace tres años participó en el Concierto de Navidad ofrecido por la Orquesta y Coro de Radio Televisión Española, bajo la dirección de Adrian Leaper.

Raquel reside actualmente en Madrid, donde se ha hecho un nombre como intérprete. Lejos de suponerle una contrariedad familiar (por la fecha señalada) y artística (no a todos los cantantes les agrada actuar al aire libre), afirma que está "encantada" de venir a la Isla actuar el 25 de diciembre en el muelle capitalino.

"Se trata de mi tierra y, además, me apetecía hacer un concierto de este tipo", manifiesta Lojendio, quien confiesa que ha dejado hasta tres compromisos -entre ellos un "Carmina Burana" en Sevilla y un "Mesías" de Haendel en Asturias- para poder estar en el concierto extraordinario de Navidad.

Éste le permitirá reencontrarse con su público y con un viejo amigo, Jorge de León, con quien no había vuelto a actuar desde la época de estudiante.

"Jorge y yo coincidimos tres años en el Conservatorio Superior, teniendo como maestra a Isabel García Soto -recuerda-. Ahora él se ha convertido en una estrella y yo, que también me marché de la isla para hacer carrera, estoy encantada de reunirme de nuevo con él y de actuar juntos".

Aunque no puede desvelar el contenido del programa, Lojendio avanza que ambos cantarán tanto a dúo como en solitario, con el respaldo instrumental de una OST que nunca ha faltado a esta cita en las diecisiete ediciones celebradas.

Confianza de Víctor Pablo

La soprano agradece la llamada de Víctor Pablo, quien a lo largo del tiempo ha demostrado su confianza en la cantante isleña en una colaboración que se inició cuando era titular de la OST y que ha continuado luego en la Península, concretamente en Galicia, donde dirige a la Orquesta Sinfónica de esta comunidad.

Pero no solo Víctor Pablo, sino eminentes directores españoles como Jesús López Cobos o Rafael Frühbeck de Burgos han contado periódicamente con Raquel Lojendio. Este último la ha incorporado al cuarteto vocal de la "Novena" de Beethoven que se interpretará en el Auditorio Nacional de Madrid el 27 de este mes, dos días después del concierto navideño de Tenerife.

"Frühbeck es muy exigente -atestigua Lojendo- y no acepta presiones de agentes ni managers; si no le gustas, no cantas con él".

Raquel Lojendio llegará a estas últimas citas de 2011 tras haber intervenido en el "Réquiem" de Mozart en Bilbao (bajo la dirección de Marzio Conti y con su paisano el tenor Agustín Prunell-Friend) y actuar el pasado fin de semana, bajo la batuta de Josep Pons, en una obra clave dentro de su repertorio: "El retablo de maese Pedro", de Manuel de Falla. A la sombra literaria de Cervantes se dio cita con otro cantante isleño, en este caso Gustavo Peña, "un súperamigo, con una voz fantástica", según la soprano, quien anuncia que el mismo elenco llevará la obra de Falla a Francia, concretamente a Toulose, el próximo año.

Uno de los aspectos que caracteriza a Raquel Lojendio es que no es solo una profesional interesada por la música, sino que trata de buscar sus fuentes; así ha sucedido con varias obras inspiradas en el autor de "El Quijote". La palabra volverá a inspirarla en uno de los proyectos más ilusionantes del año venidero, la extraordinaria "Sinfonía número 14", de Dmitri Shostakovich, inédita en Tenerife y que Pavel Kogan dirigirá la próxima primavera en el sevillano teatro de La Maestranza.

La áspera majestad y sombría poesía de esta obra no están al alcance de cualquier intérprete. Al respecto, Raquel Lojendio bromea cuando dice que un desafío que este calado le atrajo no solo por la belleza de la música, sino porque "soy medio masoquista" y "me gustan los retos".

"No me gusta limitarme, intento asumir riesgos, cantar en otros idiomas, ya sea el ruso, el alemán o el checo, y siempre trato de ver lo que hay detrás de la música: el origen del texto, la inspiración, lo que precede y rodea a la composición... Abrirme al mundo cultural que encierra cada partitura".

Lo más sorprendente de todo es que Raquel Lojendio es madre de dos hijos pequeños e intenta llevar a buen puerto lo que en el lenguaje técnico se denomina "conciliación del trabajo y la vida familiar".

"Canté Carmina Burana, de Orff, tres semanas antes de dar a la luz y tres semanas después de mi segundo parto he hecho el Réquiem de Mozart. Es verdad que compaginar trabajo y familia requiere un esfuerzo tremendo, sobre todo cuando no tienes cerca a quienes te podría ayudar, pero he decidido -concluye- que no quiero bajar mi rendimiento por la maternidad, así es que con gran tesón y ojeras sacó horas para estudiar aunque sea debajo de las piedras. Siempre me he preguntado cómo hacía Bach para escribir toda esa música genial rodeado de niños y compromisos familiares".