La gente de Santa Cruz en edad madura y aquella entrada en años mantendrá bien vivo en el recuerdo el ambiente que, algunas décadas atrás, bullía por las calles del Norte, Castillo, San José o Villalba Hervás, entre otras.

Aquellas arterias próximas a la Alameda, las plazas de España, La Candelaria o la del Príncipe reflejaban en su ir y venir el pulso de una ciudad coqueta, acogedora y también algo snob, que se asomaba con curiosidad a la mar que siempre ha representado su límite casi natural y el escaparate a los ojos del visitante: su privilegiada puerta de entrada.

Las crónicas periodísticas y la memoria popular están plagadas de referencias a los cafés de animadas tertulias; bares clásicos que eran parada casi obligada donde degustar el aperitivo, el tapeo o una copa entre paseos... Posteriormente, las salas de baile y discotecas.

Con el paso de los años y de las generaciones, aquel Santa Cruz fue languideciendo hasta convertirse en un lugar sin personalidad ni nombres propios, acomodado a ser zona comercial y administrativa en horario de oficina y con la puesta del sol transformarse en un espacio vacío y sin identidad, en muchos casos hasta ajeno.

Ahora bien, de un tiempo a esta parte parece que la presencia de emprendedores como Silvestre Peña, con una apuesta profesional y clara sobre el oficio de la restauración, anima a pensar en una vuelta a la época dorada.

El Lateral nº 27, que cumple su tercer aniversario, conjuga, sin ninguna duda, las cualidades necesarias para erigirse en un establecimiento de referencia, ofreciendo tres ambientes diferenciados (terraza exterior, comedor y patio), además de una atención exquisita y una cocina gustosa.

El género procede del mercado, a diario, y todos los platos, a excepción de la carne de cabra (a la semana se venden las raciones que se obtienen de dos animales) se preparan sobre la marcha.

El ambiente del patio anima a relajarse y el descorche de un tinto Ebeia se agradece por su sorprendente simpleza.

Con la carta en la mano, la variedad se percibe ya desde las ensaladas, generosas en cantidad y originales a la vista, emplatadas con buen criterio, como la de tomate corona, la de queso de cabra o bien la de bacalao.

Sobre el mantel descansan ahora un par de rejos de pulpo, servidos con mojo y las inexcusables papas, carnosos y agradecidos en boca, pero siendo justos nada tiene que envidiarles un atún en mojo que sorprende, sobre todo, por su deliciosa suavidad.

El entrecot de novillo responde al capítulo de las carnes, platos más rotundos que se reivindican por sí mismos, sin salsas encubridoras, aunque se presentó con la opción de una salsa bearnesa.

El secreto ibérico, con cebolla confitada y una reducción de balsámico, mantiene idéntica línea.

Las sugerencias esconden otros sabores que se van renovando en función del mercado.

El resultado es evidente: atención exquisita y una cocina preparada con gusto.

Dirección: Bethencourt Afonso, nº 27 (San José)

Teléfono: 922 28 77 74

Horario: De 7 de la mañana a doce de la noche. Cierra los domingos, excepto en Navidad

Propietario: Silvestre Peña

Cocina: Paula Sala: Marcos y José Luis

correo: silpede@hotmail.com