Llegué algo tarde y todos los alumnos estaban ya sentados a la mesa en una atmósfera que destilaba mucho de ceremonia. No en balde, estábamos todos en la antesala de una técnica culinaria milenaria y, aunque con expectativas evidentemente distendidas, bajo el rigor por lo bien hecho del maestro Gin Cegan.

En esa formalidad -distendida, insisto-, los primeros pasos de la iniciación a uno de los iconos de la cocina universal, el sushi, se disponían en perfecto orden los utensilios para desarrollar unas técnicas que dan como resultado bocados tan en boga e incorporados ya a los gustos occidentales. Esterilla, cuchillo muy bien afilado, arroz ya preparado, cortes de pescado, planchas de alga nori tostada, wasabi,... Un despiece de elementos que, engranados, apuntan a especialidades de gran carga gustativa y que atrapa cada día a más adeptos. Makis, futomakis, nigiris,... ¡Que elegantes!

¡Ah! ¡Limpieza! El maestro insiste, hace hincapié, resalta, remarca: "¡Limpieza!". Hay que repasar el paño húmedo por el cuchillo, por la base en donde se maneja el ingrediente. Un género que ha de ser impecablemente fresco, reluciente. No hay lugar para negligencias en cuanto a la pulcritud requerida. Ahí están los alumnos y ahí un maestro, Gin Cegan, con una gran carga pedagógica y un don de comunicación evidentes. En todos los peldaños para preparar el sushi -del que luego se dio buena cuenta con una copa de vino blanco tinerfeño-, hubo resumen de formas tan peculiares de preparación de los frutos del mar.

Tenemos, pues, un norimaki sushi (pescado crudo cortado finito y enrollado en alga nori con arroz. Además, se puede añadir trozos de tortilla (tamago), huevas en vinagre de pez volador (tobiko), y nigiri sushi (pequeñas bolas de arroz sobre las que se pone un poquito de wasabi y tapadas con un trozo de pescado). Ya en plan camaradería, los alumnos nos ayudábamos en las dudas y nos marcamos varias lindezas que luego emplatamos para disfrutar del momento.

El curso en Arjé me pareció una terapia de la que hacía tiempo... La escuela de Blanca Ramos, fantástica directora de las actividades con lo más granado de cocineros y sumilleres, da ya que hablar y a este curso de sushi, en particular, auguro un futuro más que prometedor. (922 24 22 70).