El Gobierno de China, máximo y casi único aliado del régimen de Corea del Norte, dio ayer su apoyo expreso al joven Kim Jong-un como nuevo mandatario norcoreano, lo que despeja su carrera hacia el liderazgo tras la muerte de su padre, Kim Jong-il.

"Kim Jong-un es un gran líder de la República Popular Democrática de Corea, así como un buen amigo del pueblo chino que ha contribuido mucho en el desarrollo del socialismo", dijo el portavoz de Exteriores chino, Liu Weimin, usando unos calificativos casi calcados a los que un día antes dedicó a su padre.

"Creemos que bajo el liderazgo de Kim Jong-un se harán esfuerzos para construir un fuerte país socialista y lograr la paz en la península coreana", añadió Liu.

También dejó abierta la posibilidad de que el tercer exponente de la "dinastía comunista" de los Kim visite próximamente territorio chino, señalando que Pekín "da la bienvenida a que los líderes (de Corea del Norte) visiten China cuando lo crean conveniente".

Con estas palabras, China confirma que sigue al lado del régimen que prácticamente salvó de su desaparición en la Guerra de Corea (1950-53), interviniendo cuando Corea del Sur y EEUU habían reducido prácticamente la resistencia del Norte, con lo que logró que aquel conflicto finalizara en tablas.

Por su parte, Japón y Corea del Sur cerraron ayer filas y sellaron su alianza con EEUU ante la incertidumbre sobre el futuro del régimen comunista norcoreano.

Las dudas sembradas por la muerte de Kim, acerca de la estabilidad del impredecible y hermético Estado comunista con capacidad nuclear llevó ayer a las cancillerías y fuerzas de defensa de Seúl, Tokio y Washington a estrechar la cooperación para intentar no perder detalle de lo que sucede en Corea del Norte.

Japón, uno de los actores fundamentales en la estabilidad de la península coreana, mantuvo ayer a sus servicios de inteligencia a pleno rendimiento y prosiguió los contactos diplomáticos.

A primera hora de la mañana el primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, y el presidente estadounidense, Barack Obama, acordaron por teléfono fortalecer su alianza, al tiempo que la primera potencia mundial subrayó su compromiso con la defensa de sus aliados más cercanos, entre los que se encuentran Japón y Corea del Sur.