El embajador de Turquía en Francia, Tahsin Burcuoglu, al que Ankara llamó hoy a consultas tras la aprobación en la Asamblea Nacional francesa de una ley que penaliza la negación del genocidio armenio de 1915, advirtió de que "Turquía tiene un límite" y va a haber consecuencias.

En una conferencia de prensa ofrecida en la embajada turca en París, el diplomático afirmó que la eventual entrada en vigor de esa proposición de ley causará "problemas enormes no solo en las relaciones con Francia, sino también con Armenia, con la que había un proceso de normalización".

Burcuoglu, que tomará mañana el primer avión de vuelta a su país y dice no tener "ni idea" de cuándo va a volver, consideró no obstante que "el mal ya está hecho", y lamentó que no se haya respetado la amistad existente entre ambas naciones.

Turquía ha suspendido hoy las relaciones políticas y militares con Francia en respuesta a la aprobación hoy por la Asamblea gala de la citada ley, que aún debe pasar por el Senado y que castiga con un año de cárcel y 45.000 euros de multa la negación de la matanza de armenios por el imperio otomano, en 1915, por considerarla un genocidio.

"Es una pena", dijo el representante turco durante su intervención ante la prensa internacional, que duró poco más de media hora y en la que, en francés, subrayó que "un país como Turquía no puede ser tratado así".

Burcuoglu, en línea con lo expresado por las autoridades turcas desde Ankara, avisó de que "Turquía tendrá una respuesta muy firme" porque "no se puede esperar que actúe como si nada", y apuntó que esa postura se reflejará, entre otros, a nivel económico.

"Si hay grandes proyectos que dependan del Estado seguro que se pueden esperar consecuencias", dijo el embajador turco, quien subrayó que "Turquía no reconocerá jamás el llamado genocidio armenio".

Muchos historiadores responsabilizan al imperio otomano del genocidio que costó la vida a entre medio millón y millón y medio de armenios y que fue reconocido como tal por una ley francesa en 2001, si bien Ankara sostiene que esas víctimas murieron a causa de los combates de la Primera Guerra Mundial.

Pese a las amenazas, el embajador confió en que "si la amistad entre Turquía y Francia tiene cierto valor", el Senado, cuando trate esa proposición en su orden del día, dé muestras de "sentido común" y no la apruebe.

Burcuoglu pidió que las autoridades francesas hablen "sin ambigüedad", indicó que su país no va a pedir la vuelta a Francia del embajador galo en Turquía y aseguró también que "el deber de un diplomático es ser optimista" y tener esperanza al respecto.

"Habrá elecciones presidenciales (el próximo mayo en Francia). Cuando haya un nuevo presidente, ya se verá y se podrá discutir", añadió en esa comparecencia, dejando constancia de la "tristeza" de su país al considerar que "las relaciones bilaterales" no merecen este episodio.