El embajador de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin, pidió hoy en el Consejo de Seguridad que Naciones Unidas investigue la muerte de civiles en Libia a consecuencia de las operaciones militares efectuadas por la OTAN en ese país norteafricano al amparo del organismo internacional.

"Hemos pedido que la ONU abra una investigación especial sobre los civiles libios muertos causados por la campaña de bombardeos de la OTAN y recibimos el apoyo de otras delegaciones", dijo Churkin ante la prensa a la salida de las consultas mantenidas por los quince miembros del Consejo sobre el proceso de transición en Libia.

El diplomático ruso subrayó que las acciones de la Alianza Atlántica sobre Libia requieren "una atención especial" en la ONU y mostró su voluntad de que el Consejo de Seguridad reciba informes sobre el asunto "dado que inicialmente los líderes de la OTAN nos hicieron creer que no había habido víctimas civiles por su campaña".

"Necesitamos que se analice seriamente el asunto", insistió Churkin, que denunció que, desde el inicio del ataque en Libia, hubo "demasiada propaganda sobre la naturaleza de la operación de la OTAN" y aseguró que las resoluciones de la ONU que permitieron la operación "no se cumplieron adecuadamente".

La OTAN, amparada por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a la población civil de la represión, organizó a finales de marzo una operación para imponer un bloqueo naval y una zona de exclusión aérea en Libia que fue clave para que los rebeldes acabaran con el régimen del fallecido Muamar el Gadafi.

Rusia se abstuvo y no usó su poder de veto en el Consejo cuando se votó la resolución, por lo que dio vía libre a ella, pero después Moscú ha sido muy crítico con la operación militar.

"Naturalmente no hemos llegado a ninguna conclusión sobre nuestra petición, pero insistiremos en ella", aseguró Churkin, presidente de turno este mes del Consejo de Seguridad y quien reconoció que a su iniciativa se opusieron "varios miembros".

Estados Unidos y Francia rechazaron de inmediato la petición de Rusia, tal y como explicaron ante la prensa sus embajadores ante la ONU, Susan Rice y Gérard Araud, respectivamente, quienes acusaron a Moscú de tratar de desviar la atención con este tema sobre otros asuntos, como la represión en Siria.

"Naturalmente la ONU y la OTAN lamentan cualquier muerte civil, pero sabemos que esas muertes ya están bajo la investigación del Consejo de Derechos Humanos. Además, recordamos que ni el Gobierno libio ni una mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad han expresado interés alguno en mayores investigaciones", dijo Rice.

La estadounidense agregó que la petición rusa quiere "empañar el éxito de la operación de la OTAN y de la determinación del Consejo de Seguridad por proteger a la población de Libia".

El embajador Araud recordó que la Corte Penal Internacional (CPI) también investiga los crímenes contra la humanidad en Libia y que esa corte como la comisión de investigación del Consejo de Derechos Humanos pueden estudiar las acciones de la OTAN.

"Estamos convencidos igualmente de que la ONU ha cumplido completamente con las leyes humanitarias y de guerra", aseguró Araud, quien no vio necesidad en que "ahora se abra una tercera investigación".

El Consejo de Seguridad de la ONU recibió hoy un informe del representante especial del organismo para Libia, Ian Martin, quien indicó que el país afronta en 2012 "un año crucial".

Martin dijo que las autoridades libias tienen ante sí "un doble desafío: el de responder a las necesidades inmediatas del pueblo y el de construir unas instituciones modernas que respondan a las aspiraciones de cambio".

Entre otros asuntos, Martin explicó a los miembros del Consejo que el Organismo Internacional de Energía Nuclear (OIEA) concluyó hace dos semanas una visita a varias instalaciones nucleares en Libia y determinaron que no faltaba material nuclear de ninguna de ellas.

Sin embargo, exhortó "encarecidamente" a las autoridades libias a que vendan o se deshagan de los 6.400 barriles de concentrado de uranio que hay en una de las instalaciones, ya que "las condiciones de los barriles se están deteriorando y las condiciones de seguridad no parecen suficientes a largo plazo".