La Duma o Cámara de Diputados de Rusia dio inicio ayer a una nueva legislatura marcada por las denuncias opositoras de fraude electoral, que sonaron también con fuerza en el pleno inaugural.

En la sesión quedaron conformados los grupos parlamentarios de los cuatro partidos representados en la Duma: el oficialista Rusia Unida (RU, 238 diputados) y los opositores Partido Comunista de Rusia (PCR, 92), Rusia Justa (RJ, 64) y el Partido Liberal Democrático de Rusia (PLDR, 56).

Tal y como se esperaba, la formación oficialista conservó la Presidencia de la Cámara, para la que fue elegido Serguéi Narishkin, un ingeniero y economista de 57 años, que ocupaba hasta ahora la jefatura del Gabinete de la Presidencia, uno de los cargos clave de Ejecutivo del país.

Narishkin recibió sólo los 238 votos de los diputados del grupo parlamentario oficialista, ya que las otras tres formaciones de la Duma le negaron su apoyo.

"No tenemos nada personal contra él; consideramos que es un profesional. Pero no podemos respaldarle, pues representa al partido del poder, que fue el promotor de la falsificación de las elecciones a la Duma", explicó a la prensa la postura de su formación el diputado comunista Serguéi Óbujov.

Según el legislador, el PCR se mantiene en su posición de que los resultados de los comicios fueron falsificados a favor de Rusia Unida y exige que éstos sean anulados en una serie de regiones donde el fraude fue masivo.

"Tenemos la obligación de investigar minuciosamente todos los casos de fraude y de violaciones flagrantes de la ley electoral", dijo desde la tribuna el líder de RJ y de su grupo parlamentario, Serguéi Mirónov.

Mirónov, candidato de su partido a la Presidencia de Rusia en los comicios de marzo, aseguró que en caso de acceder a la jefatura del Kremlin lo primero que hará será disolver la Duma y convocar nuevas elecciones.

Recalcó que los primeros meses de la labor de la nueva Duma deben dedicarse a revisar de "manera radical" la legislación electoral a fin de garantizar la limpieza de los comicios.

Según Mirónov, las multitudinarias manifestaciones de descontento por los resultados oficiales de las elecciones del pasado 4 de diciembre, son producto de la "indignación de la gente, que ha chocado con la mentira, el engaño y la injusticia".