El Ministerio del Interior de Irán abrirá mañana y hasta el 30 de diciembre el registro de candidatos para los comicios legislativos del próximo 2 de marzo, que pueden ser los mas restringidos de la historia de la República Islámica.

El opositor Movimiento Verde, cuyos líderes, Mir Husein Musaví y Mehdi Karrubí, están bajo un rígido arresto domiciliario, ha pedido el boicot a estas elecciones, mientras los reformistas han anunciado que no presentarán candidaturas e incluso el entorno del presidente, Mahmud Ahmadineyad, corre el riesgo de ser excluido.

El pasado martes, el Consejo de la Vía Verde para la Libertad expresó que estos comicios "carecen de las normas y criterios necesarios para que sean libres y justos", por lo que pidió el boicot, pues "la participación no es conveniente para el pueblo y el país".

Sin embargo, otros conocidos líderes reformistas, algunos también cercanos a Karrubí y Musaví, han coincidido en señalar que esa tendencia del régimen islámico no boicoteará las elecciones, aunque no participará.

El ex presidente reformista Mohamed Jatamí, que gobernó de 1997 a 2005, ha declarado a los medios locales que "los reformistas no pueden y no deben tener candidatos o una lista", ya que consideró que, en las actuales circunstancias, "no tiene sentido", pero agregó: "Eso no significa el boicot a las elecciones".

Por su parte, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, ha señalado que los reformistas podrán tomar parte en las elecciones sólo si reconocen que se equivocaron al denunciar fraude y convocar protestas tras los comicios presidenciales de 2009, algo que ellos no tienen intención de hacer.

El Consejo de Guardianes, que debe dar el visto bueno a los candidatos, ha advertido que no admitirá aspirantes relacionados con las protestas ocurridas tras las elecciones de hace dos años, mientras los reformistas reclaman la liberación de sus líderes y de otros detenidos, lo que hace complicado un acuerdo de última hora.

Tras los comicios presidenciales de 2009, miles de personas se echaron a la calle en Irán, encabezadas por Musaví y Karrubí, para denunciar un presunto fraude a favor de Ahmadineyad y en la represión de las protestas 30 personas murieron según el Gobierno, mientras la oposición elevaba a 70 los fallecidos.

No sólo la oposición tiene problemas para participar, sino que en el sector oficial del régimen, los partidarios de Ahmadineyad están también en el punto de mira de los más radicales, que podrían vetar, en el Consejo de Guardianes, la inscripción del entorno del presidente.

Muchos parlamentarios ultraconservadores, que al principio de la legislatura apoyaron a Ahmadineyad, son ahora sus mayores detractores y acusan a su entorno de "desviacionismo" y de poner en duda la preeminencia religiosa en el sistema, por lo que varias decenas de sus partidarios están en la cárcel o procesados.

Una mayoría de parlamentarios se han unido alrededor del líder de la Cámara, Alí Lariyaní, una de las principales figuras políticas del país y ahora rival de Ahmadineyad, para formar el grupo de los "principalistas", que quiere copar los 310 escaños que se espera que tenga la nueva Cámara, a un año de las presidenciales de 2013.

Por si las restricciones políticas fuesen pocas, el Consejo de Guardianes también ha señalado que, para poder presentarse, los candidatos a diputados deberán tener al menos un máster universitario, que se podrá convalidar con una legislatura completa de cuatro años.

Esta medida, según dijeron fuentes políticas, permitirá seguir en su escaño a muchos fieles del régimen con largo historial legislativo y se lo impedirá a nuevos aspirantes sin una lealtad demostrada.

Antes de hacerse públicas las listas electorales, los candidatos deberán pasar por una revisión de idoneidad y, finalmente, han de ser aprobados por el Consejo de Guardianes de la Revolución, formado por seis clérigos de alto rango y el Líder Supremo, que también tienen poder de veto sobre las leyes aprobadas por el legislativo.