El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó ayer a Francia de haber cometido un genocidio en Argelia durante su ocupación colonial del país magrebí.

"Lo que Francia hizo en Argelia fue un genocidio, y si (el presidente francés) Sarkozy no lo sabe, debería ir y preguntar a su padre", aseguró Erdogan en otro ataque a París, tras la aprobación el jueves en el Parlamento francés de una ley que obliga a considerar como genocidio las matanzas de armenios en el Imperio Otomano.

El primer ministro consideró que "a partir de 1945, alrededor de un 15 por ciento de la población argelina fue masacrada por los franceses", y añadió que el padre de Sarkozy luchó como soldado francés en Argelia en los años 40.

"Estoy seguro de que tiene mucho que decir a su hijo sobre estas masacres", declaró el mandatario turco, durante su intervención en una conferencia en Estambul sobre la evolución de la mujer en las sociedades musulmanas.

El dirigente turco insistió en la historia personal del presidente francés y afirmó que "los antepasados de Sarkozy huyeron de España y se refugiaron en el Imperio Otomano. Si Sarkozy mira la historia de su propia familia, no verá otra cosa que ayuda y buena voluntad por parte de Turquía y los turcos".

"Racista"

Erdogan subrayó que sus palabras no se dirigen contra el pueblo francés, sino contra "la Administración, que se comporta en una manera discriminatoria y racista".

El primer ministro turco acusó además a Sarkozy de usar la islamofobia y la turcofobia para ganar votos en las próximas elecciones.

Por su parte, el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, arremetió también duramente en su condena a la ley y denunció que "los políticos franceses que tomaron esta decisión no son diferentes de (Bashar) Asad o (Muamar) Gadafi".

"También los dictadores de Oriente Medio dictan a sus pueblos qué es lo correcto y qué deben pensar, y esto es lo que ocurre en Francia", aseveró el jefe de la diplomacia turca, según la agencia Anadolu.

Turquía suspendió el jueves las relaciones políticas y militares con Francia en respuesta a la aprobación de esa ley, que castiga con pena de cárcel y una cuantiosa multa la negación de la matanza de armenios por el imperio otomano, en 1915, por considerarla un genocidio.