Científicos especialistas en cetáceos han expresado hoy su repulsa al traslado de la orca "Morgan" al zoológico Loro Parque al considerar que se crea un nefasto precedente desde el punto de vista de la conservación de las poblaciones naturales en vida salvaje.

Así lo han indicado hoy en un comunicado conjunto investigadores del grupo de investigación de cetáceos de la Universidad de La Laguna y de las sociedades para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario, Canarias conservación y Alnitat, entre otros.

En el comunicado recuerdan que la orca "Morgan" es una hembra juvenil que apareció moribunda en junio de 2010 en el mar de Wadden y fue transportada al delfinario de Harderwijk en los Países Bajos para su recuperación.

Tras recobrar su estado físico y peso durante casi un año en el delfinario holandés, se ha adoptado "la controvertida decisión" de trasladarla a las instalaciones del Loro Parque, en lugar de liberarla como estaba previsto.

Añaden que los delfinarios reiteran que esta decisión se ha tomado para garantizar la supervivencia del animal y que sus programas de investigación permitirán salvaguardar a las poblaciones naturales.

Los responsables del Loro Parque han hecho pública su intención de cruzar a "Morgan" en el futuro con la cría de un año "Adán", cuyo nacimiento en cautividad se ha señalado como un indicativo de las buenas condiciones que gozan las orcas en las instalaciones del zoológico del norte de Tenerife, indican en el comunicado.

Para los científicos, esta afirmación "es cuanto menos discutible" y señalan también que en orcas cautivas la esperanza de vida se ve drásticamente reducida a sólo 5 a 7 años de promedio, cuando en libertad un macho puede vivir de 30 a 50 y una hembra de 50 a 80 años.

El confinamiento aumenta la incidencia de algunas infecciones que raramente se encuentran en poblaciones salvajes, sin contar a las hembras que han muerto durante el embarazo y por problemas durante el parto.

Los índices de mortalidad son tan altos, que los programas de cría en cautividad no son capaces por si mismos de reemplazar el número de individuos muertos, añaden.

"Lo único que ha quedado claro con toda esta situación, es que se ha transportado una orca de una piscina pequeña a una más grande, pero que tendrá que compartir con otros cinco ejemplares", señalan los investigadores, que indican que ni la comunidad científica ha apoyado esta decisión unánimemente, ni la supervivencia del animal estaba en entredicho si se liberaba siguiendo un protocolo de reintroducción adecuado.

Aunque no existen garantías de lo que hubiera pasado si se hubiera liberado a "Morgan" en su medio natural, tampoco las hay de que se adapte bien a las condiciones impuestas en las instalaciones del Loro Parque, explican, pues en su opinión "nadie puede saber a ciencia cierta cómo se encuentra el animal".

Pero si hay algo de lo que no cabe la menor duda es de que "Morgan" no podrá desarrollarse ni de lejos tan bien como lo hubiera hecho en condiciones naturales, advierten, y de que se la ha confinado de por vida en un acuario, sin ninguna posibilidad de que ella ni sus descendientes puedan ser nunca liberados a su medio.