Jornada de contrastes la que protagonizaron los cinco jugadores españoles que militan en la NBA con el base Ricky Rubio como gran centro de atención al hacer su debut dentro del mejor baloncesto del mundo y hacerlo por la puerta grande, aunque su equipo, los Timberwolves de Minnesota, perdiese.

Mientras que el veterano base José Manuel Calderón recuperó también su mejor versión de director de juego y su equipo, los Raptors de Toronto, se benefició con un triunfo. Lo mismo que disfrutó el escolta Rudy Fernández en su debut con su nuevo equipo, los Nuggets de Denver, que fueron una fuerza arrolladora en el American Airlines Center, de Dallas, donde llegaron para exhibirse ante los campeones de Liga, los Mavericks.

El ala-pívot congoleño, nacionalizado español, Serge Ibaka formó parte del quinteto inicial de los Thunder de Oklahoma City, que iban a ser los verdugos de los Timberwolves y los que le amargaron la gran noche individual que tuvo Rubio.

Peor fue la que vivieron los hermanos Marc y Paul Gasol después de ver como sus respectivos equipos, los Grizzlies de Memphis y los Lakers de Los Ángeles, sufrieron sendas derrotas.

Rubio, de 21 años, no pudo evitar la derrota de los Timberwolves por 100-104, pero puso a sus pies a los seguidores del equipo con los pases espectaculares que dio a sus nuevos compañeros y que merecieron la admiración de todos, incluido el entrenador de los Thunder, Scott Brooks, que admitió estar sorprendido.

"Me han estado hablado durante los últimos seis años de su calidad como jugador y ahora que lo he tenido enfrente de rival es algo increíble", comentó Brooks.

Por su parte, Rubio dijo sentirse satisfecho porque pudo ayudar al equipo, aunque al final cayesen derrotados.

Rubio recibió 26 minutos por parte del nuevo entrenador de los Timbewolves, Rick Adelman, para aportar seis puntos después de anotar 2 de 3 tiros de campo, falló un intento de triple, estuvo perfecto 2/2 desde la línea de personal, repartió seis asistencias, capturó cinco rebotes y no perdió un solo balón.