Raúl Llorente y Aridane son los dos primeros movimientos en la planificación con la que el director deportivo Pedro Cordero pretende reestructurar la plantilla del Tenerife, en la que se contempla un mínimo de cuatro fichajes, pero también algunas bajas de jugadores que podrían llamar la atención.

Las dos siguientes incorporaciones deben responder a un perfil bien definido por los técnicos: buscan un volante central que mejore el nivel de creación de juego del equipo, que actúe por delante de la posición de pivote y enlace las líneas, y además un delantero rápido, de ruptura, que sea capaz de adaptarse a la posición de media punta derecho, como segunda opción para competir con Chechu, porque para el club Bravo y Tacón deben disputarse en puesto en la banda izquierda.

En el capítulo de bajas, que son necesarias para cumplir los cupos, se le busca salida a algunos futbolistas que tienen su posición "sobreocupada" y que no han respondido a las expectativas de las que llegaron precedidos en verano. El gráfico que ilustra esta información evidencia que una vez realizados los fichajes la plantilla quedará descompensada en algunos puestos, en especial de medio campo hacia delante.