La supresión de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, incluida en la reestructuración de los departamentos ministeriales publicada el sábado en el Boletín Oficial del Estado, ha recibido hoy el rechazo de la Asociación Colegial de Escritores (ACE) y el respaldo del gremio de editores.

En el nuevo organigrama presentado por el Gobierno del PP, las funciones de la antigua dirección general pasan a depender de dos nuevas direcciones: la Dirección General de Política e Industrias Culturales y del Libro, por una parte, y la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas.

La ACE ha hecho público hoy un duro comunicado contra la medida, en el que habla de "agresión" y una "muestra de desafección" a los autores. Según ha manifestado el vicepresidente de la ACE a Efe, Antonio Gómez Rufo, la medida constituye "una agresión contra el gremio de escritores", a quienes excluye en favor de la industria editorial, que según la Asociación es a quien respalda esta dirección general.

"Desconcertado" e "indignado" a partes iguales, Gómez Rufo ha lamentado la desaparición de un departamento que consideraba "esencial para la literatura española".

Convencido de que "no se pueden alegar motivos económicos" ante un ajuste que mantendrá prácticamente los mismos gastos, pero repartidos en diferentes subdirecciones generales, ha anunciado que la ACE presentará próximamente un informe completo con la situación en la que queda el sector del libro en el país.

Por su parte, el director de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Antonio María Ávila, ha defendido este ajuste por el hecho de que la nueva dirección general singulariza al libro dentro del conjunto de industrias culturales.

En este sentido, asegura que esta acción viene a "recalcar la importancia que tiene el libro para la economía y la industria española".

Asimismo, sostiene que este departamento será el "motor de la Secretaría de Estado de Cultura", surgida tras la integración del Ministerio de Cultura con Educación y Deporte, y de la que es titular José María Lassalle.

La ley de mecenazgo, la nueva ley de propiedad intelectual y la ley de acción cultural que planea el ejecutivo pasarán, según él, por una dirección general que considera decisiva en el futuro.

En lo que sí coincide con Antonio Gómez Rufo es en mostrar su incomprensión ante la división de las asignaciones de libros, bibliotecas y archivos en diferentes direcciones generales.

"Pareciera más lógico que fueran unidos", ha comentado Ávila, quien cree que este movimiento podría deberse únicamente a una cuestión de compensación entre las dos nuevas direcciones generales.