El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, avanzó ayer que el Gobierno seguirá trabajando de manera "urgente" esta semana para aprobar nuevas medidas en el Consejo de Ministros del jueves, después del paquete de ajuste aprobado la semana pasada, que incluía un recorte del gasto de 8.900 millones y un aumento de ingresos de 6.200 millones.

Así lo señaló en la toma de posesión de los altos cargos del Ministerio de Hacienda, aunque matizó que estas nuevas medidas no serán de ajuste ni de recorte, sino que buscan desarrollar programas de gobierno en "distintos ámbitos" para que los ciudadanos y Europa vean que hay un Ejecutivo "con empuje, trabajo e iniciativa".

Montoro puntualizó que el Gobierno mantiene la previsión de un déficit "en el entorno del 8%" al cierre de 2011, pese a que el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, afirmó que el saldo negativo puede superar ese umbral. "Hasta que no estén cerradas las cuentas no podemos adelantar más de lo que hemos adelantado", agregó al tiempo que argumentó que la prioridad del Gobierno es "taponar el déficit" y reequilibrar las cuentas de la Administración Central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

Para ello hay que actuar con reformas que afecten al conjunto de las administraciones públicas y sus trabajadores, convirtiendo a los funcionarios en sus "pioneros" para garantizar la eficiencia de los servicios públicos.

Tras recordar que para "taponar la herida de la economía española" se ha pedido un "esfuerzo proporcionado y temporal", dijo que el Ejecutivo se va a dedicar a una tarea que "es difícil pero posible".

De Guindos indicó en una entrevista radiofónica que "es posible que el déficit público para 2011 pase del 8%", aunque espera que "no sea mucho". Al respecto, consideró que España no está en condiciones de tener una desviación así del déficit y que no tomar medidas para corregirlo llevaría a la economía a una situación "imposible" y añadió que esta situación se ubica en un entorno de crecimiento negativo, por lo que el Gobierno cuando lo supo tuvo que tomar medidas "desagradables" en un acto de "responsabilidad", a pesar de que no ha sido un "plato de gusto" y aclaró que subir impuestos es desagradable e impopular, pero de no hacerlo "nos lo hubieran impuesto otros".

Mientras, Montoro apostilló: "Hemos mandado la señal clara de que hay un gobierno decidido y ahora estamos comprometidos a reequilibrar las cuentas públicas cuanto antes, porque si no tenemos una financiación adecuada no vamos a crecer ni vamos a crear empleo", pero eludió precisar si en este programa de actuación está prevista la privatización de las empresas públicas.

Estabilidad presupuestaria

Igualmente, resaltó que este viernes no verá la luz la reforma de la Ley Estabilidad de Estabilidad Presupuestaria, una de las primeras normas que el Ejecutivo quiere poner en marcha.

Entre tanto, el nuevo secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferré, señaló que es consciente del "sacrificio" exigido a los españoles para afrontar este reto y ha prometido que se hará la "mejor política fiscal" posible para garantizar el crecimiento de la economía y el empleo.

La de Presupuestos y Gastos, Marta Fernández Currás, arguyó que todas las administraciones "están condenadas a entenderse" ante el desafío que afronta España y garantizar la convergencia de las regiones.

El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, expresó su "compromiso" con las comunidades y ayuntamientos, "sin los que no se entiende la reforma estructural".

Por último, la nueva directora de la Agencia Tributaria. Beatriz Viana, remarcó que su departamento intensificará la persecución del fraude fiscal "con toda la contundencia que sea posible".