El gobierno de Hungría manifestó hoy que está dispuesto a iniciar "sin condiciones previas" las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) sobre un préstamo para evitar un colapso de la economía.

El ministro sin cartera, Tamás Fellegi, encargado de las negociaciones con el FMI, dijo hoy en rueda de prensa "no es seguro" que el Gobierno húngaro acepte todas las propuestas, pero "está dispuesto a negociar sobre todas, sin condiciones previas".

Hungría se encuentra bajo fuerte presión internacional debido las enmiendas en su Constitución, que según el FMI y la Comisión Europea merman la independencia de su Banco Central.

"Consideramos importante llegar a una acuerdo", dijo el ministro en referencia a la necesidad de que Hungría reciba ayuda financiera del exterior que permitiría "ofrecer una red de seguridad".

El país excomunista, inmerso en una grave crisis económica, necesita refinanciar este año casi 5.000 millones de euros, cuando su moneda, el forinto, está en mínimos históricos frente al euro y los rendimientos de sus bonos a diez años se han duplicado hasta por encima del 11 por ciento.

Se estima que Hungría podría necesitar un préstamo de entre unos 15.000 y 20.000 millones de euros, por lo que Fellegi destacó hoy la importancia de llegar a una acuerdo "rápidamente".

Tras las declaraciones de hoy del ministro, la cotización del forinto sufrió un nueva depreciación, hasta 324 unidades por euro, frente a la apertura de 321 forintos por euro de esta mañana.

Sobre la polémica desatada en torno al banco central, Fellegi aseguró hoy que el Gobierno magiar "respeta su independencia".

Fellegi adelantó que el vicegobernador del banco emisor formará parte de la delegación húngara que viajará a Washington el próximo 11 de enero, para preparar las negociaciones con el FMI, ya que el gobierno buscará apoyo en "el potencial de expertos" de esa entidad.

El Banco Central Europeo ha criticado la ley húngara sobre el Banco Central y aunque se enmendó el proyecto en algunos puntos, el nombramiento de nuevos vicegobernadores y miembros del Consejo Monetario de la institución por parte del Gobierno húngaro sigue siendo una fuente de críticas.

Hungría está gobernada desde mediados del año 2010 por el conservador y nacionalista partido Fidesz, que dispone de una mayoría de dos tercios en el Parlamento.

Con estos poderes, el primer ministro, Viktor Orbán, ha iniciado una serie de polémicas reformas, que según sus críticos dentro y fuera del país están mermando la democracia.

La Comisión Europea está incluso estudiando la posibilidad de dictar sanciones contra Hungría por la supuesta violación del derecho comunitario.

Entre sus medidas más controvertidas, el Fidesz ha enmendado, gracias a su mayoría de dos tercios, la Constitución, ha limitado los poderes del Tribunal Supremo y ha recortado la independencia del banco central, además de imponer la llamada "ley mordaza" que limita la libertad de expresión.