El nuevo año, sobre el que los augurios son todo menos optimistas, se ha estrenado con un nuevo récord de parados, caídas en las bolsas, déficit en la Seguridad Social, y déficit público mucho mayor de lo previsto, empeoramiento de la actividad industrial, y récord también de insolvencias, entre otras lindezas.

Y si este era el panorama con el que se despedía 2011, las previsiones para este año, y en esto coinciden los analistas, pueden resumirse en dos claves: recesión y más paro.

La semana comenzaba con una nueva previsión de déficit de las administraciones públicas que el nuevo Gobierno estima superará el ocho por ciento del Producto Interior Bruto, frente al seis que calculaba el anterior ejecutivo, todo un reto para cuadrar las cuentas públicas.

La receta del nuevo Gobierno, control y austeridad en el gasto público, y junto a su primera medida, la subida de impuestos, un plan de lucha contra el fraude por el que la hacienda pública espera recaudar más de 8.000 millones de euros.

También se conocía el cierre de ventas de automóviles en 2011 que cayeron un 18 por ciento, 808.000 unidades, el peor registro desde 1993, mientras que el índice PMI de Markit certificaba un empeoramiento de la actividad manufacturera en diciembre.

No obstante, el peor dato de la semana fue el paro registrado por los servicios públicos de empleo en diciembre que aumentó por quinto mes consecutivo, hasta el nuevo récord de 4.422.359 desempleados, 322.286 (un 7,86 %) más que un año antes.

Paralelamente la Seguridad Social, que ha entrado en déficit (668 millones frente a una previsión de superávit), perdió 355.000 afiliados (un 2 %) a lo largo del pasado año.

Todo lo contrario que Alemania, donde el desempleo se redujo al 6,6 %, con la creación de 230.000 empleos netos en doce meses, hasta el récord de 41 millones de trabajadores registrados, la mayor cifra desde la reunificación.

Las bolsas, que iniciaron el año con un tímido intento alcista, volvieron a teñirse de rojo la pasada semana y el IBEX se dejaba un 3,44 % en el ciclo semanal, mientras que la prima de riesgo volvía a dispararse, el viernes hasta 385 puntos básicos sobre el bono alemán.

Especial impacto tuvo el comportamiento bajista de los bancos, "tocados" a raíz de las declaraciones del ministro de Economía, Luis de Guindos al Financial Times en las que cifraba en 50.000 millones de euros las provisiones que debe realizar la banca para digerir los activos inmobiliarios sobrevalorados.

Y los precios en el sector continúan a la baja. En 2011, el precio de la vivienda nueva libre bajó un cuatro por ciento y la previsión es que en 2012 proseguirá la tendencia bajista que mantiene desde 2008.

Del otro lado del Atlántico, relativas buenas noticias sobre la economía norteamericana donde el sector manufacturero incrementó en diciembre su crecimiento, el mayor de los últimos seis meses, impulsado por el buen comportamiento de la industria del automóvil que registró fuertes aumentos de ventas por segundo año consecutivo.

El paro en EE.UU., también fue buena noticia, en diciembre se crearon 200.000 empleos netos y la tasa de paro bajó una décima, hasta el 8,5 %.

Pero la guinda a la semana la ponía el viernes la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, con el anuncio de que este organismo rebajará su previsión de crecimiento de la economía mundial para 2012 por debajo del cuatro por ciento que preveía en septiembre ya que, según dijo, la crisis de Europa amenaza ya a otras economías.