Los Tres Reyes Magos llegaron hoy al Barrio latino de Harlem donde cada año son recibidos por cientos de niños y adultos, en una de las festividades más esperadas por esa comunidad en Nueva York y que este año tuvo como lema "la cultura de compartir".

La comunidad celebró con alegría la 35 edición del evento, que cada año organiza El Museo del Barrio, una entidad fundada en 1969 por puertorriqueños y ubicada en este barrio de mayoría latina, que hoy salió a las calles para dar la bienvenida a los famosos personajes.

Las calles del barrio se llenaron de niños y adultos para ver pasar y saludar a Gaspar, Baltasar y Melchor, los reyes con los que crecieron o conocieron a través de sus padres.

Tres gigantescas figuras de papel de los reyes, de unos tres metros e inspiradas en la cultura Taína, encabezan desde hace tres años el esperado desfile, que estuvieron acompañadas por una gran comparsa, que a ritmo de la plena, autóctona de Puerto Rico, celebraba la festividad, que tampoco se pierden los políticos.

A paso lento, el grupo fue recorriendo las calles ante el rostro de asombro y sonrisas de unos 3.000 niños de diversas escuelas públicas y grupos étnicos, residentes de esta comunidad o visitantes, la mayoría luciendo coronas de papel para la celebración cuando la Iglesia católica conmemora la Epifanía del Señor.

Jhosselyn Betancourt, de 10 años, y que asistió por primera vez junto a sus compañeros de escuela, sostenía una pancarta de papel con las figuras de los reyes. "Es muy bonito", señaló en medio de la algarabía de sus amigos.

La comitiva estuvo integrada además por camellos, bandas escolares, payasos, exhibición de artes marciales y la carroza del Museo del Barrio, desde donde los tres reyes de este año, las escritoras Esmeralda Santiago y Nicholasa Mohr y el conocido músico Johnny Colón, saludaban al público, luciendo los ropajes diseñados por el dominicano Emilio Sosa.

"Hace treinta y cinco años yo era uno de los reyes", dijo Angel Vega, de 75 años, quien tocaba una maraca, al referirse al inicio de la celebración por la comunidad puertorriqueña y que el estar en silla de ruedas no le impide asistir cada año.

"Mañana tengo una promesa de reyes por mi hijo porque se curó. Antes ni comía", agregó Vega, que emigró hace 55 años desde Puerto Rico, mientras que la octogenaria Lucy Vélez, quien reside en El Barrio hace 64 años, no pudo evitar la emoción.