El primer partido de 2012 para el Tenerife llega como si no hubieran pasado 21 días desde el desastroso empate ante el Marino de Luanco. Algo terminó de quebrarse aquella mañana en el Heliodoro para el proyecto de Antonio Calderón. Por eso, el entrenador empieza a jugarse su futuro ante el Alcalá y su equipo defiende plaza de "play off". No ganar en el Municipal del Val colocaría al técnico al borde del abismo y a los blanquiazules fuera de las cuatro primeras posiciones por primera vez en lo que va de temporada (siempre y cuando ganen Albacete o Rayo Vallecano B).

Por eso, parece que no ha pasado el tiempo. Al menos en cuanto a que no se ha enfriado la exigencia. Pero sí han cambiado otras cosas. Luna y Josmar Zambrano ya no forman parte de la plantilla, mientras que se estrenan tres futbolistas en la lista de convocados: los recientes fichajes Raúl Llorente y Aridane y el recuperado Pablo Sicilia. El central grancanario, que empezará en el banquillo, vuelve a una citación después de seis meses en el dique seco.

Con los nuevos mimbres, Calderón se ha animado a llevar a cabo su enésima revolución en busca del cambio deseado. En esta ocasión, los sacrificados han sido Ayoze y Sergio Rodríguez. Ni siquiera han entrado entre los 16 expedicionarios. El castigo parece hasta cruel si tenemos en cuenta lo que cuesta que otros, con un rendimiento deficiente, salgan del once titular. En la línea defensiva, Cristóbal Juncal es el único superviviente porque Kitoko sigue en la alineación, pero pasa al centro del campo. Su posición la intercambia con David Medina, que regresa al centro de la zaga. Se recupera así la pareja que inició la Liga porque entra Tarantino.

Para el lateral zurdo, se estrena Raúl Llorente. Lo más curioso es que los cambios casi acaban ahí. Zazo, Chechu y Bravo completarán el centro del campo (igual que contra el Marino), con Kiko Ratón y Perona como atacantes.