La presión del tomate marroquí y los incumplimientos de los acuerdos con la Unión Europea han provocado que España deje de exportar en los dos últimos años unas 300.000 toneladas, con una pérdida de 15.000 empleos y el cierre de empresas de producción y exportación, especialmente en la Región de Murcia.

Así lo ha explicado el director general la Federación española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (Fepex), José María Pozancos, a preguntas de los periodistas tras reunirse esta tarde con el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, con el que ha repasado la situación del sector hortofrutícola.

Pozancos ha asegurado que hay muchas empresas productoras y agroexportadoras que "han cerrado, como en Mazarrón (Murcia), donde había 12 o 15 firmas y ahora sólo quedan dos", y que un problema similar se ha vivido en Comunidad Valenciana o Canarias.

"Por cada 1.000 toneladas que dejamos de exportar, se pierden 50 puestos de trabajo, según nuestros cálculos", ha precisado.

Según ha detallado, ha compartido con el ministro su preocupación tanto por las consecuencias económicas y sociales que está teniendo el actual acuerdo de asociación con Marruecos en las zonas productoras, como por las que pueden derivarse en el futuro si finalmente el Pleno del Parlamento Europeo ratifica el nuevo tratado en febrero.

Respecto a la vulneración del actual acuerdo de Asociación, Pozancos ha recordado que Marruecos exportó 23.000 toneladas a la Unión Europea en octubre -cuando el contingente era de 10.600-, mientras que en noviembre fueron 46.000 -frente a los 27.600 toneladas establecidas-.

"En noviembre se detectó un flujo muy importante de grandes volúmenes de importación por debajo de los precios establecidos en el acuerdo; las vulneraciones son sistemáticas", ha puntualizado.

En este sentido, ha destacado que el ministro pidió ayer al comisario de Agricultura europeo, Dacian Ciolos, una reforma del régimen de precios de entrada, ya que actualmente las importaciones que bajen de un determinado valor deben pagar derechos de aduanas.

Se trata de evitar con ello la situación actual de "dumping social" que suponen los tomates marroquíes, que entran en Europea por debajo, incluso, de los costes de producción.

Por otra parte, Fepex ha pedido al ministro el impulso a medidas de gestión de crisis "eficaces" en el marco de la Política Agraria Común (PAC), con el objetivo de luchar contra la falta de rentabilidad y de viabilidad, y contra la destrucción de empleo en el sector hortofrutícolas, especialmente en el tomate.

También ha solicitado que la nueva PAC corrija los desequilibrios entre los agricultores tradicionales sin ayudas y los productores nuevos que sí cuentan con ellas, de acuerdo con el sistema actual.

Además de corregirlos entre países, puesto que algunos de ellos optaron por la "regionalización" y, por tanto, por la posibilidad de que el sector hortofrutícola recibiera ayudas de la PAC.

Esta situación ha provocado distorsiones en la competencia que "no se pueden mantener", porque provoca destrucción de empleo por falta de viabilidad económica de la actividad e imposibilidad para seguir avanzando en modernización y mejora tecnológica.

También se ha referido Pozancos al impacto en el sector de la crisis del "E. Coli" en Alemania, ya que se han podido normalizar los volúmenes comercializados, pero no los precios, que no han remontado desde entonces.