Año nuevo, pero la guerra continua. Aunque terminábamos el 2011 con un sorprendente hermanamiento entre la princesa del pueblo y su archienemiga, la Campa, uniendo sus fuerzas para defender al padre de sus hijos, ahora parece que el 2012 nos vuelve a desenterrar el hacha de guerra. Agárrense, que vienen curvas...

Hace unos días, Jesulín de Ubrique concedía unas declaraciones afirmando que ha "vendido todo lo que tenía, he vendido mis casas" porque los tiempos que corren "no son fáciles para nadie", aunque también es verdad que "1.500 corridas de toros dan para algo".

De su matrimonio con María José Campanario: "Mi mujer y yo estamos de puta madre, este año haremos el décimo aniversario de casados". Además, cree haber encontrado en ella "a mi media naranja" y en su relación "si podemos presumir de algo es de que somos un matrimonio con los cimientos bastante fuertes".

Sobre sus hijos no quiere hablar, "no son decisiones mías personales, no tengo nada que hablar y no tengo por qué dar explicaciones a nadie". Momento justo donde Belén Esteban se da por aludida.

"Cuando él ha hecho una exclusiva en ¡Hola! ha sacado a sus hijos" pero "no puede hablar de lo que no sabe, de su hija Andrea no tienen ni idea. Con mi hija no está, ¡cómo va a hablar de su hija!".

"Sabéis que todo es mentira, si la pago hasta el billete y no quiere ir. Si lleva un año y medio sin ella", continuaba diciendo en su programa Sálvame para acabar con un rotundo: "No tiene vergüenza y no quiero entrar".

Finalmente, la mediática rubia apunta que no le molesta que Jesulín defina a Campanario como su media naranja porque "yo tengo mi media mandarina. Me gustan más las mandarinas porque son más dulces, no tan agrias".

Nos hemos perdido... Entonces, ¿qué es lo que le molesta realmente a Belén, que el torero no vea a Andreíta, que no la saque en las exclusivas o la posibilidad de no ganar más dinero con este cuento de nunca acabar?