La Casa Blanca rechazó hoy tajantemente las acusaciones iraníes de responsabilidad de EEUU en el asesinato de un científico nuclear iraní.

"Estados Unidos no ha tenido absolutamente nada que ver con eso", dijeron fuentes de la Casa Blanca a pregunta de Efe.

"Condenamos firmemente todos los actos de violencia, incluidos actos de violencia como éste", declaró la misma fuente.

En declaraciones a los medios, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, aseguró que "condenamos cualquier asesinato o atentado contra una persona inocente y expresamos nuestras condolencias a la familia".

Sobre las acusaciones iraníes que atribuyen a EEUU o Israel la responsabilidad del atentado, Nuland respondió que "EEUU condena fuertemente este acto de violencia y niega categóricamente cualquier implicación en esta muerte".

El científico y profesor universitario Mustafá Ahmadi Roshan, asesinado hoy al explotar una bomba adosada a su coche en el norte de Teherán, era uno de los responsables de la planta nuclear de Natanz, la mayor de Irán, según los medios iraníes.

La bomba fue colocada en el vehículo por un individuo que viajaba en una motocicleta y la explosión, en el barrio de Seyed Khandan, cercano a la universidad, hirió a otras dos personas que estaban junto a él en el coche y que fueron trasladadas a un hospital cercano.

El atentado contra Roshan, de 32 años, es el último de una serie de ataques perpetrados en los dos últimos años en los que han muerto prominentes científicos iraníes, supuestamente vinculados al controvertido programa nuclear del régimen, que acusa a Israel de estar detrás de estos asesinatos.

La planta de Natanz, en la provincia de Isfahan, es la instalación principal de enriquecimiento de uranio del país, con unas 8.000 centrifugadoras y el lugar donde el régimen pretende producir combustible atómico de forma industrial.

El atentado se cometió en un momento de especial tensión internacional por el programa nuclear iraní, después de que el pasado lunes el OIEA confirmase que Irán había comenzado la producción de uranio enriquecido al 20 por ciento en su nueva planta de Fordo, a 160 kilómetros de Teherán.

Hasta ahora, Irán había purificado uranio hasta ese nivel -considerado un paso previo al uranio altamente enriquecido para bombas atómicas- sólo en Natanz.

Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos e Israel a la cabeza, acusan al régimen iraní de ocultar, bajo su programa civil, otro de naturaleza clandestina y ambiciones bélicas cuyo objetivo sería producir armas atómicas, lo que Teherán niega.

Las sospechas se centran, sobre todo, en el programa de enriquecimiento de uranio de Irán, país que ha advertido que bajo ningún concepto renunciará a este derecho.

La muerte de Roshan se produce dos años después del fallecimiento, en enero de 2010, de Majad Shahriari y Masud Ali Mohamadi, dos conocidos científicos nucleares iraníes, en sendos atentados.

Tras el atentado, el vicepresidente iraní, Mohamed Reza Rahimi, acusó de la muerte del científico a "agentes de los poderes arrogantes y del régimen sionista", en una alusión a EEUU e Israel.