Un equipo de físicos, con la ayuda de varias supercomputadoras, ha simulado la división de un electrón a través de un ''cristal virtual'', el cual bajo temperaturas extremadamente bajas en el modelo informático, se convierte en un fluido cuántico y donde los electrones empiezan a condensarse.

Así, dividieron un electrón colocando una partícula virtual con la carga fundamental de un electrón en el fluido cuántico simulado. En estas condiciones, la partícula se fracturó en dos partes, y cada una de las cuales contenía la mitad de la carga negativa del original.

Los resultados, publicados en la revista ''Science'', son otro ejemplo de cómo los experimentos de simulación sobre átomos ultrafríos y otros materiales condensados pueden ofrecer pistas sobre el comportamiento de las partículas fundamentales.

Las simulaciones fueron llevadas a cabo por el físico Matthew Hastings, de la Universidad de Duke, en EE.UU., y sus colaboradores, Sergei Isakov de la Universidad de Zurich, en Suiza, y Roger Melko de la Universidad de Waterloo, en Canadá.

Muchos tipos diferentes de materiales, desde superconductores a superfluidos, se pueden formar cuando los electrones se condensan y enfrían cerca del cero absoluto (-273,15 grados Celsius". Esta es la temperatura aproximada ante la cual las partículas dejan de moverse y las partículas individuales, como los electrones, pueden superar su repulsión y cooperar.

El comportamiento de las partículas que cooperan, con el tiempo, se vuelve indistinguible de las acciones de una partícula individual y, según Hastings, este fenómeno es muy parecido a lo que sucede con el sonido. Un sonido se compone de ondas, y cada onda de sonido parece ser indivisible y actuar como partícula elemental, sin embargo, una onda de sonido es, en realidad, el movimiento colectivo de muchos átomos.

Bajo la condición de ultrafrío, los electrones adquieren el mismo tipo de apariencia. Su movimiento colectivo es como el movimiento de una partícula individual; pero, a diferencia de las ondas sonoras, los electrones y otras partículas cooperantes -llamadas excitaciones colectivas o cuasipartículas- pueden hacer cosas extraordinarias.

Las cuasipartículas formadas en esta simulación mostraron lo que sucedería si se rompiese una partícula fundamental: un electrón no puede reducirse, físicamente, a algo más pequeño, pero se puede dividir en sentido metafórico, afirma Hastings.