Nos llama la gente, e inclusive nos para en la calle, para preguntarnos cuándo va a dimitir Paulino Rivero. Y es que el pueblo empieza a estar harto de que lo gobierne un déspota político, además de un político necio, insensible a las colas del hambre, a las colas de la sanidad, a la mala educación que se imparte en las escuelas -nuestras cifras de fracaso escolar no tienen parangón ni en la metrópoli que nos coloniza, ni en ningún país del mundo occidental-, a la falta de futuro para los jóvenes, a la desatención de nuestros mayores y a una larga lista de calamidades que omitimos en este comentario para no cansar a nuestros lectores, aunque se trata de asuntos imposibles de no tener en cuenta debido a su gravedad. ¿Culpables? Paulino Rivero, Ángela Mena y toda la caterva política de falsos nacionalistas que, al igual que ellos, engañan y traicionan al pueblo canario mostrándose como los defensores de la canariedad que no son y que nunca han sido. Porque entre quienes militan en CC, salvo unos pocos -entre ellos algunos alcaldes notables- no hay nacionalistas sino bolsilleros políticos pendientes de su bienestar personal y el de sus allegados y amigos, pero no del bien común.

CC, lo decíamos claramente en nuestro comentario de ayer, solo tiene como opción de supervivencia incluir la independencia de Canarias entre sus objetivos inmediatos. Y también -tampoco esto nos cansamos de repetirlo- para no desaparecer debe liberarse de la perniciosa pareja rumana que se ha enseñoreado de estas Islas con un despotismo político inexistente aun en los tiempos del general. Lo que estamos viendo en Canarias, tanto en el plano político como en el judicial, no lo veíamos ni en el franquismo. A propósito de la Justicia, qué cinismo el de Ángela Mena estar declarando en las emisoras de radio que respeta la imparcialidad de los tribunales. ¿Es cien por cien imparcial un juez, o una jueza, que dicta sentencia a favor suyo y en contra de EL DÍA en menos de 24 horas? ¿Es totalmente justo e imparcial un tribunal que condena a José Rodríguez al pago de una indemnización de casi 69.000 euros por una presunta intromisión en el honor de un individuo al que jamás hemos citado en nuestros comentarios y editoriales? Un individuo que, a raíz de la celebración de ese juicio, ha quedado ante los ojos de la población canaria como lo que realmente es. Un juicio, permítanos el lector que abundemos en este asunto, que se hubiese convertido en una orgía si José Rodríguez hubiese asistido. Todo estaba preparado para el gran espectáculo: las cámaras de televisión, los fotógrafos, las pancartas y hasta las piedras para la lapidación, pues José Rodríguez tiene muchos enemigos en la tercera isla. También muchos seguidores, pues abundan los patriotas en Canaria, pero la realidad es que los dirigentes políticos de la tercera isla no lo pueden ver porque les canta las cuarenta. Como no pudo asistir a la vista oral por motivos de salud, no hubo espectáculo.

Ya que hablamos de nuestros "hermanos" de la tercera isla, acabamos de saber que los canariones han conseguido de IATA (el organismo internacional que regula la aviación civil) el cambio de denominación de su aeropuerto. En adelante no será oficialmente el aeropuerto de Las Palmas sino el de Gran Canaria. Cuando se trata de falsificar los topónimos para engañar a los incautos y conseguir unos turistas más, parece que todo vale. El gran lo reiteramos, es un engaño, porque Canaria no es la principal isla del Archipiélago. Es la tercera en superficie y la segunda en población. Por si fuera poco, es una isla desangelada, fea, calva de montes -solo existen unos pinares ralos en lo que ellos llaman cumbres, que en realidad no lo son porque la alta montaña comienza a los 2.000 metros sobre el nivel del mar. En lo que no le gana nadie es en portuguesismo y en ignorancia, pues no se dan cuenta de que aunque la mona se vista de seda... Por mucho que el aeropuerto se llame de Gran Canaria y no de Las Palmas, que es el nombre usual desde siempre; el que le corresponde y no el que se han inventado unos fatuos gobernantes que pretender ser mundiales del mundo mundial. ¿Y qué hacen los babiecas políticos de Tenerife? ¿Qué hace Paulino Rivero, que también es de Tenerife? Nada, salvo dejarse comer el terreno.