Los futbolistas del Tenerife coincidieron en asegurar que Sergio Aragoneses fue objeto de falta en la jugada que terminó con el gol del empate del Vecindario. El testimonio más claro fue el del propio guardameta, que, sin el ánimo de cargar con el árbitro, contó que el atacante del equipo grancanario lo empujó. "Intenté sacar el balón, pero me desestabilizaron", indicó.

Más contundente se mostró uno de los defensores del representativo, Javier Tarantino, que vio una "falta clara a Sergio en el área pequeña". Es más, el central añadió que "el delantero no fue ni a por el balón" y apuntó que fue un autogol del cancerbero gallego.

Tampoco tuvo dudas Aridane en el momento de analizar la jugada del tanto local. "No tengo palabras, porque la falta fue muy clara".

En términos similares se manifestó Pablo Sicilia. "Hubo falta en el remate", señaló el defensa antes de desvelar que Aragoneses argumentó en el vestuario que no lo habían dejado saltar y que "incluso lo empujaron". En cualquier caso, aclaró que no pudo seguir con detalle la jugada. "Estaba marcando al mío y no me encontraba cerca del remate", matizó Pablo.

Víctor Bravo, igualmente, se tuvo que apoyar en la versión de Aragoneses para reafirmarse en su impresión de que el colegiado se había equivocado. "Estaba en el banquillo en ese momento, pero Sergio dice que el delantero le hizo falta. Habrá que ver la repetición por la televisión", manifestó.

Entre las críticas a Rubén Eiriz Mata, también afloró la autocrítica entre los blanquiazules. El ejemplo está en Raúl Llorente, quien se marchó del Municipal de Vecindario con la sensación de que el saque de esquina que permitió al equipo local empatar "era evitable". El lateral izquierdo agregó que "no nos pueden meter un gol así, aunque es posible que le hicieran falta a Sergio". Abundando en la citada acción, el defensa madrileño reconoció que "quedando dos minutos para el final debimos hacer cualquier cosa para impedir ese córner".