Pablo Sicilia dejó de jugar por la lesión que sufrió el pasado 4 de junio en su Isla natal, mientras participaba en el derby con la UD Las Palmas, y volvió a competir siete meses y once días después, curiosamente también en Gran Canaria y frente a otro de sus equipos de formación, la UD Vecindario.

Al terminar el choque, con el disgusto todavía reciente del gol encajado en el último minuto, al defensa se le mezclaban las sensaciones. Por un lado le costaba asimilar el frustrante -para el Tenerife- final de partido y por otro se encontraba satisfecho de haber vuelto a jugar. "Estoy mal, como el resto de compañeros y como la afición y los que han visto el partido por la televisión, porque no se nos pueden escapar dos puntos de esta manera. El Vecindario no había tirado a puerta y no se puede permitir que nos marquen un gol así al final", contó Pablo.

A Sicilia le vinieron a la mente en ese momento los recuerdos del clásico con Las Palmas de hace cuatro temporadas en el que el conjunto amarillo logró empatar en el tiempo extra. "Las sensaciones son similares a aquellas", admitió el defensa, que contaba con los tres puntos de ayer para aprovechar el tropiezo del quinto clasificado, el Albacete. "Nos habría venido muy bien ganar, pero ahora solo se puede decir que el equipo va a seguir trabajando, que hay que estar más unidos que nunca, que quedan todavía muchos partidos y que nos espera algo bonito y grande al final, porque estoy seguro de que vamos a ascender".

En cuanto a sus impresiones en su debut esta temporada, indicó que no percibió ninguna molestia en la rodilla de la que fue operado el 7 de junio, y aprovechó la ocasión para agradecer el trabajo realizado durante los últimos meses por el fisioterapeuta del club José Sanchidrián. "Pude participar sin ningún dolor, la pierna está en perfectas condiciones", concluyó.