El presidente de la Asociación de Compañías Aéreas de Canarias (AOC), Braulio Marrero, considera que las instalaciones del aeropuerto de Tenerife Sur no están a la altura de las necesidades de la Isla, por lo que demanda que, lo antes posible, se acometan las obras de mejora prometidas desde hace años.

A su modo de ver, "se trata de un aeropuerto con más de treinta años de antigüedad y aún no se ha terminado de definir". Al respecto, explica que "se hizo con prisas, con la intención de dar carpetazo al de Los Rodeos, por los desgraciados accidentes que se produjeron y, desde entonces, lo que se ha ido haciendo son parches: una extensión por aquí y otra por allá, se le ha dotado de algún que otro sistema de facturación, pero hace ya demasiado tiempo que se lleva hablando de la nueva terminal para el Reina Sofía sin que se termine de acometer".

De hecho, recuerda que esta actuación se contempló en el denominado Plan Canarias, que aprobó el Ejecutivo central, pero parece que ha quedado en el olvido.

Marrero insiste en que "se trata de una terminal antigua que resulta incómoda, que no es funcional, y que sigue teniendo múltiples carencias, incluso en cuanto a capacidad".

En esta línea, puntualiza: "Me consta que para los domingos de este invierno Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) se ha visto obligada a denegar "slots" (permisos de aterrizaje y despegue) en ciertas franjas horarias por falta de capacidad".

Sobre este asunto, agrega que a esta circunstancia se le suma el hecho de que la nueva terminal (T2), que se construyó en 2009, "fue inaugurada oficialmente hace años, pero permanece cerrada a cal y canto porque nadie quiere utilizarla".

Según el presidente de la asociación de aerolíneas que operan en LAS iSLAS, esta obra, cuyo coste superó los 30 millones de euros, cuenta con 32 mostradores de facturación, pero adolece de distintos servicios y dotaciones imprescindibles para que pueda ser operativa.

"Clama al cielo que el proyecto no contemplara puertas de embarque, con lo cual, si se usara obligaría a los pasajeros a facturar en un edificio y luego desplazarse más de 500 metros de pasarela para salir desde esta terminal", apostilló

Por tanto, entiende que "si se quiere darle utilidad "sería preciso estudiar en qué espacios se podrían abrir puertas de embarque y volver a hacer obras para adaptarlas a las necesidades".

Al margen de la T2, Marrero enfatiza que una estructura como la del Reina Sofía "no se ve en ningún aeropuerto del mundo". En este contexto, recalca que "no es lógico que los viajeros facturen, para luego subir un piso para pasar por el control de seguridad y luego descender otra vez para encontrarse con la zona comercial y las puertas de embarque".

El titular de la AOC subraya que "la niña fea de Canarias sigue siendo Tenerife Sur", ya que recientemente se han acometido actuaciones en otros aeropuertos de la red de AENA en las Islas y "aquí seguimos con una terminal de treinta años y una sola pista".

En este sentido, aludió a La Palma, que ahora tiene un aeropuerto para tres millones de pasajeros, cuando no llega al millón, y Gran Canaria, "cuya terminal se ha ampliado considerablemente y ya van por la tercera pista", apostilla. Por ello, argumenta que este tipo de inversiones tan costosas no se tendrían que realizar sin un concienzudo análisis previo, y que hubiera sido más acertado repartir los fondos con el aeropuerto de Tenerife Sur, atendiendo a la cantidad de tráfico que genera.