El barco de cruceros "Costa Concordia" no era ajeno a Tenerife. No solo porque en sus instalaciones viajaran personas de esta Isla en el momento de su naufragio en Italia, sino porque mantenía una relación que lo llevó a realizar un primer viaje al puerto de Santa Cruz de Tenerife varios años atrás.

En concreto, la embarcación visitó la capital el 3 de diciembre de 2010 prometiendo a quienes lo ocuparan una etapa de lujo, relax y turismo que ha acabado en tragedia y en las portadas de los periódicos por motivos bien diferentes. En aquel momento la expectación que generó fue de tal calibre que llegó a ser recibido por las autoridades portuarias como en las grandes ocasiones.

La travesía que realizó el barco con 3.200 turistas y 1.200 tripulantes en aquella ocasión y que lo une a Tenerife lo llevó también, desde la localidad italiana de Savona, a Barcelona, Casablanca, Funchal, Málaga y Civitavecchia.

El Costa Concordia, botado en 2006, tenía entre sus reclamos, aseguraba la información facilitada por sus propietarios en aquella ocasión, opciones de relax, con cuatro piscinas -dos de ellas con techo desplegable-, cinco jacuzzis y el espacio Samsara Spa, de 6.000 metros cuadrados.

"La nave, decorada con gusto italiano, no desdeña una amplia oferta de bares, restaurantes, teatro y hasta una chocolatería", según la crónica publicada por este periódico al día siguiente.

Aquel despliegue de lujo y tecnología moderna ha terminado en tragedia, con varios muertos e importantes contratiempos financieros.