Cuando la crisis no había asomado aún su fea cara y los índices de empleo se encontraban en lo más alto, las aulas canarias se vaciaban y los resultados escolares caían en picado. Unos años después, las complicaciones financieras hacían su aparición acompañadas de un progresivo repunte tanto de la afluencia de alumnos a los centros como de las tasas de éxito y permanencia en el sistema educativo.

Esta correlación inversa entre situación económica y resultados escolares es una de las conclusiones que ha extraído el Consejo Escolar de Canarias (CEC) de su estudio de la realidad educativa de las Islas durante la última década. Un dato refuerza esta tendencia: alrededor de un 40% de los parados no ha completado la Primaria. Esta proporción se incrementa en islas como Fuerteventura y Lanzarote, según advirtió ayer la presidenta del órgano de participación y consulta, Dolores Berriel.

El nuevo trabajo del CEC, "Informe sobre la realidad educativa de Canarias", recoge la evolución de la educación en el Archipiélago desde tres puntos de vista: su relación con el contexto europeo, en especial con los objetivos de reducción del abandono y mejora de la titulación superior fijados para 2020; su vinculación con las cifras de desempleo, y su traducción en datos concretos de escolarización, resultado y adquisición de competencias básicas por parte de los estudiantes.

"Ambicioso y plural"

El bajo nivel educativo de los parados debe ser combatido, a juicio del Consejo Escolar, mediante "políticas formativas que doten a estas personas de herramientas básicas para su recualificación". Estas medidas han de adoptarse en coordinación con la Consejería de Empleo y atendiendo a las peculiaridades de cada isla -el informe se centra en la realidad insular y desciende, incluso, hasta la municipal-, puesto que la situación es diferente en cada una. Por ejemplo, la mayoría de personas en desempleo de Gran Canaria cuenta con estudios secundarios.

Algunos de los datos recopilados en este diagnóstico -"ambicioso y plural", según Berriel- de la situación educativa de la Comunidad Autónoma pueden inducir a la preocupación: mientras que el volumen de alumnado creció en casi 6.500 personas durante la pasada década, el de profesorado descendió, una tendencia que se prevé que prosiga en el curso actual, con unos 735 docentes menos, según cálculos aún provisionales. Ello redunda en el aumento de las ratios entre profesor y alumno.

El curso 2004-05 fue "el de más baja escolarización y peores resultados" y prácticamente coincidió con las mejores cifras de empleo en Canarias, que se registraron en 2006. Desde entonces, los datos comenzaron a mejorar, especialmente desde la llegada de la crisis. "El Consejo espera que el retorno al sistema educativo sea consistente y estructural, y no solo coyuntural", dijo Berriel.

El índice de abandono escolar temprano se situaba en 2010 en el 30,4%, dos puntos por encima de la media del país, pero significativamente más bajo que en 2007, cuando rozaba el 37%. También han progresado las tasas de graduación en todas las etapas educativas. "No estamos satisfechos, pero sí esperanzados", afirmó la presidenta del CEC.

En cambio, los índices de idoneidad -que miden la proporción de estudiantes que cursa el nivel que corresponde a su edad- han experimentado pocos cambios desde 2005. Estas tasas aumentan a medida que crece la edad del alumno, de tal manera que, a los 15 años, solo un 53% se encuentra en el curso que le corresponde. Dicho de otra forma, probablemente más contundente, casi la mitad de los estudiantes ha repetido alguna vez.