Con 38 años en el Carnaval, catorce de ellos al frente de Sabor Isleño, Pedro Ortega es una voz autorizada para hablar de las agrupaciones musicales, un colectivo que se siente discriminado no solo por la organización de la fiesta, sino también por la otra parte que hace el Carnaval: los grupos.

¿Qué esperan las agrupaciones musicales del Carnaval 2012?

Que se nos preste un poquito más de atención. Que se preocupen más por nosotros, que haya más interés. En coincidencia con lo que ha dicho José Antonio Pérez Afonso, presidente de las rondallas -en una entrevista en EL DÍA-, también nos sentimos apartados. Nosotros vamos a todos los concursos, porque nos gustan, pero los otros grupos no van a ver el nuestro. Nos dejan solos y desolados. Además, a nuestro concurso no se le ha dado la publicidad correspondiente.

Entonces se sienten igual de olvidados que las rondallas, y no solo por la organización, sino también por los demás grupos...

Incluso más. Nos piden un favor y estamos, pero ellos no van ni a ver nuestro concurso. Pasan completamente de nosotros.

¿Qué ha cambiado con respecto a otras épocas?

Antiguamente actuábamos cuando el jurado de las comparsas o de las rondallas deliberaba, pero ahora solo tenemos nuestro concurso, las actuaciones que nos mandan, y ya está. Pedimos que se preocupen más por nosotros, que las cadenas de televisión nos apoyen un poquito y den televisado nuestro certamen, para que la gente lo vea.

¿Cómo va a afectar la crisis a las agrupaciones musicales? ¿En qué se va a notar?

Al tener ese descuento en la subvención, que se suma al del año pasado, no nos ha quedado más remedio que adaptarnos a esos presupuestos. No obstante, como Fiestas ha permitido reciclar un poco, pese al recorte, los trajes tanto de las agrupaciones como de las comparsas van a ser más bonitos. Creo que la mayoría de grupos van a salir muy bonitos.

¿Comparte las afirmaciones de algunos miembros del Carnaval de que la crisis le ha venido bien a la fiesta porque se trabaja más con la cabeza que con el dinero?

Estoy totalmente de acuerdo. Pero entendemos la situación y eso da pie a que podamos afrontar las pequeñas deudas que tenemos, porque hoy se paga todo, el director musical, cinco o seis músicos... Este año nos tocó cuando ya habíamos empezado a hacer los trajes, así que si el año que viene nos lo dicen con más tiempo, mucho mejor.

Entiendo que gran parte del presupuesto de las agrupaciones se les va en el pago a estos profesionales...

Sí. Imagínate nuestro caso. Este año no pudimos vender las entradas para nuestra presentación porque coincidía con el Madrid-Barça. Nos adelantaron 3.000 euros, y con ellos hay que pagar al director musical, a los cinco o seis músicos, a la costurera de los hombres y a la de las mujeres... Es decir, todavía hay que buscar dinero, con alguna rifa, para poder salir, porque la segunda ayuda es para pagarle a la empresa donde te dejan sacar las telas. Nosotros no tenemos los 18.000 euros que tiene una comparsa de subvención o las cuotas de una murga.

¿La crisis se traducirá también, como en las murgas infantiles, en menos componentes en los grupos?

En Sabor Isleño estamos con lo mínimo, 20, tal vez porque estamos en una calle, La Noria, donde no hay barrios alrededor y a la gente le cuesta bajar. Pero sé que el resto de agrupaciones tiene un gran número de componentes.

¿Por dónde vendrán las principales novedades de las agrupaciones musicales?

La gente se ha gastado el dinero, y los trajes van a estar muy bonitos, pero creo que todo el mundo va a ir a por la interpretación. Hay grupos que van muy fuertes.

¿Considera que peligra el futuro de las agrupaciones?

Si seguimos en esta situación en la que los propios grupos no nos apoyamos... Teiderife no sale este año; tampoco lo hace Salsarengue. ¡Es que éramos 21 agrupaciones, y este año son nueve! Si no nos apoyamos, no descarto que alguna agrupación se convierta en comparsa para tener el mismo dinero y cantar ante tanto público, que es lo que nos gusta.

¿Cuál sería la propuesta para relanzar el concurso? ¿Un escenario más pequeño, tal vez?

No. A mí me gusta cantar en el escenario grande, porque si vamos a un recinto más pequeño, nuestros trajes no caben. Aunque, fíjate, a las murgas no les gusta el Estadio. Pero tienen que ir. Parece que esto se ha convertido en un negocio. Y espero no ofender a nadie.