El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, anunció hoy que renuncia a fusionar el Banco Central con una nueva entidad supervisora y aseguró que el banco emisor seguirá siendo independiente, en lo que supone un paso atrás en la polémica reforma legal que ha sido denunciada por la Unión Europea.

En unas declaraciones a la radio pública, el político conservador indicó que no ve problemas en enmendar varias polémicas leyes aprobadas gracias a la rotunda mayoría absoluta de que dispone en el Parlamento y que le que han costado al país magiar la apertura de tres procedimientos sancionadores por parte de Bruselas.

Orbán indicó que confía en cerrar un acuerdo político con la Comisión Europea y explicó que no será difícil modificar esa legislación.

La CE ha explicado que los procedimientos se dirigen básicamente contra las reformas que amenazan la independencia del Banco Central y de la autoridad responsable de la protección de datos.

El Gobierno pretendía subordinar el Banco Central a una nueva Autoridad Estatal de Supervisión de Entidades Financieras, cuyo jefe sería nombrado por el Presidente, en una transformación que dejaba al actual gobernador del banco emisor en un segundo plano.