Los turistas que visitan el Archipiélago están realizando más reclamaciones a la Dirección General de Consumo que nunca por el servicio que reciben, aseguró ayer CCOO, que atribuyó este hecho a que los empresarios, principalmente hoteleros, están aumentando la carga de trabajo de sus empleados para hacer frente a la mayor llegada de clientes.

En una rueda de prensa celebrada en Tenerife para dar cuenta de las negociaciones con la patronal para acordar una reforma laboral, el secretario de Economía y Políticas Sectoriales de CCOO-Canarias, Carmelo Jorge, sostuvo que en la pasada Semana Santa se batió el récord histórico de reclamaciones por parte de los turistas.

A su juicio, se está "desaprovechando" la oportunidad de fidelizar a unos clientes que no son habituales en las Islas y que solo han elegido este destino por la inseguridad que atraviesan competidores como Egipto y Túnez. Estos, advirtió, tienen mejores precios que Canarias y, por tanto, el Archipiélago debería primar aún más la calidad. Por contra, se está llevando a cabo una "política empresarial suicida", señaló.

En la misma comparecencia, el responsable estatal de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, lamentó que "determinados sectores estén tratando de recuperar sus beneficios a costa de sobreexplotar las plantillas".

Lezcano respondió así a la pregunta de por qué en 2011 la llegada de cerca de dos millones de turistas más a las Islas no sirvió para bajar la tasa de desempleo.

Es la misma cuestión que ha trasladado el Gobierno autónomo a los empresarios hoteleros, que insisten en que contratan al personal necesario y en que el repunte de la clientela aún no pasa de ser coyuntural, por el cierre de destinos competidores.

Sobre el diálogo social para consensuar la reforma del mercado de trabajo, Lezcano aplaudió que la junta directiva de la CEOE haya autorizado a los representantes de la patronal a continuar la negociación con los sindicatos "superando la tesis de la congelación salarial", a la que CCOO y UGT se oponen. Además, Lezcano pidió al Gobierno que no agote el diálogo con "prisas" por legislar.