La Policía de Nigeria ha ofrecido una recompensa de 50 millones de nairas (unos 250.000 euros) por la captura de un líder de la secta islámica Boko Haram supuestamente relacionado con los atentados cometidos contra iglesias el pasado Día de Navidad, que dejaron al menos 49 muertos.

En un comunicado, el portavoz policial Olusola Amore confirmó hoy que se pagará esa cantidad a quien aporte información que facilite la detención del presunto terrorista, Kabiru Umar, quien escapó tras ser arrestado el fin de semana.

La Policía -dice la nota- quiere interrogar a Umar "en relación con casos de terrorismo en los estados del norte de la Federación, especialmente el ataque del Día de Navidad contra una iglesia en Madalla", ciudad próxima a Abuya, capital administrativa del país, donde fallecieron al menos 35 personas.

El líder de Boko Haram fue detenido el pasado fin de semana, pero escapó cuando fue atacado el vehículo policial que le trasladaba desde una comisaría a su casa en Abaji, a unos 70 kilómetros de Abuya, donde los agentes iban proceder al registro del inmueble.

El comisario Zakari Biu, encargado de investigar a Umar -conocido también como Kabiru Sokoto- ha sido suspendido, mientras el inspector general de la Policía, Alhaji Hafiz Ringim, está en la cuerda floja.

De hecho, el ministro de Asuntos Policiales, Caleb Olubolade, dio a Ringim un plazo de 24 horas que venció a última hora de este jueves para dar una explicación sobre la fuga de Umar, si bien no ha trascendido aún la respuesta del inspector.

La huida del supuesto terrorista ha indignado al presidente de la Asociación Cristiana de Nigeria, el pastor Ayo Oristejafor, quien considera que "hay gente en nuestras agencias de seguridad que tienen otras lealtades más allá de la debida a Nigeria".

Algunos observadores creen que la fuga de Umar confirma la declaración que el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, hizo el pasado día 8 en Abuya, en la que aseguró que los radicales islámicos se han infiltrado en su Gobierno y otras instituciones del Estado.

El norte de Nigeria se ha visto azotado en el último año por atentados atribuidos a Boko Haram, cuyo nombre significa "La educación no islámica es pecado".

Boko Haram se responsabilizó de los atentados del Día de Navidad, que desató represalias de la comunidad cristiana, así como del ataque del pasado agosto contra la sede de la ONU en Abuya, en el que murieron 24 personas.

Nigeria es el país más poblado de África, con más de 150 millones de habitantes, de los que alrededor del 50 por ciento son musulmanes, la mayoría de los cuales residen en la mitad norte, y el otro 50 por ciento son cristianos, asentados en la mitad sur.

Con una población integrada por más de 200 grupos tribales, Nigeria, sufre múltiples tensiones por profundas diferencias no sólo religiosas, sino también políticas y territoriales.