La pareja acusada de haber retenido, maltratado y asesinado a su sobrina para poder quedarse con el hijo de esta se sentará a partir del lunes en el banquillo de los acusados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife para ser juzgados por un jurado popular. María de los Ángeles R.R. y Juan Daniel P.R., de 48 y 57 años, respectivamente, se enfrentan, cada uno de ellos, a una pena de 31 años.

Según se expone en las conclusiones provisionales de la Fiscalía, María de los Ángeles y Juan Daniel, que no tenían hijos, acogieron a su sobrina Yurena, que sufría graves problemas económicos, después de que esta hubiese dado a luz en el Hospital Universitario de Nuestra Señora de la Candelaria. La intención del matrimonio era "cumplir su deseo de ser padres", quedándose con el hijo de la joven. Dado que Yurena era un obstáculo para cumplir este deseo, la pareja comenzó a "proferirle un trato tendente a anularla como persona y destruirla físicamente".

Para ello, los acusados, "con la intención de mantenerla aislada de sus familiares, amistades y conocidos", mantuvieron a la joven retenida en la vivienda, ubicada en el municipio tinerfeño de Güímar, controlando todos sus movimientos, hasta el punto de que sus allegados dejaron de tener noticias de ella. Las veces que salía de la casa, siempre la acompañaba un miembro de la pareja.

Durante el tiempo que la joven pasó en la casa, su tío carnal y su esposa la vejaban e insultaban gravemente y de forma continua, hasta conseguir minar la moral y la autoestima de Yurena.

Además de los malos tratos psicológicos, los acusados, "con ánimo de acabar lenta y angustiosamente con la vida de Yurena", le propinaban continuas palizas que le causaban tanto heridas internas como externas por "las que no recibió asistencia médica alguna".

"Le propinaron golpes que le dejaron por todo el cuerpo numerosas cicatrices y pérdida del tejido, como un absceso del que drenó pus debajo de la rodilla derecha. Le dieron golpes en la cabeza que le ocasionaron la fractura de varios dientes, deformación por fractura de la nariz y del pabellón auricular", señala el escrito.

Las conclusiones provisionales también detallan numerosas lesiones internas y externas que le provocaron a la joven "insuficiencia respiratoria y limitación de movimiento de la extremidad superior izquierda".

Además, los acusados tampoco le proporcionaban una alimentación suficiente, llegando a pesar entre 45 y 50 kilogramos en el momento de su muerte.

Por estas lesiones, "Yurena no recibió tratamiento médico salvo en octubre de 2008, y falleció el 18 de febrero de 2010, a la edad de 26 años, por un fallo multiorgánico y shock séptico". La joven presentaba extensas necrosis cutáneas infectadas en diversas partes del cuerpo, como la espalda.

El Ministerio Público solicita para cada uno de los acusados 20 años de prisión por un delito de asesinato, tres años por maltrato habitual y ocho por otro delito de detención ilegal, así como una indemnización conjunta al hijo de Yurena de 250.000 euros.

Por su parte, la acusación particular reclama 25 años de cárcel por asesinato, tres por el maltrato habitual y seis referidos a detención ilegal.