Ana Iribar, viuda del edil donostiarra del PP asesinado por ETA Gregorio Ordóñez, aseguró ayer que "el arrepentimiento de un terrorista solo puede tener" como "traducción" la "colaboración con la justicia" para que se resuelvan todos los casos de la banda que aún quedan pendientes.

Tras participar en San Sebastián en un homenaje a Ordóñez al cumplirse el 17 aniversario de su asesinato, Iribar desveló a los periodistas que aprovechó la presencia del director general de la Policía, Ignacio Cosidó, en el acto para pedirle que se haga "justicia" con las víctimas de ETA y que los terroristas encarcelados cumplan sus penas, porque de lo contrario "la ley no tendría ningún valor".

La viuda de Ordóñez insistió en su petición de justicia "para que el Estado de Derecho funcione" y "se resuelvan los más de 300 casos de víctimas de atentados de ETA que hay sin resolver en este país", algo que, según dijo, "tiene una traducción muy clara: que no se hable tanto de perdón y que se hable de colaboración".

Respecto a las últimas detenciones de miembros de la banda en Francia, Iribar dijo que demuestran "algo que ya se sabe: que ETA sigue existiendo y sigue siendo desgraciadamente una realidad".

"La noticia que seguimos esperando desde hace muchísimos años es su disolución, no queremos ni siquiera su reconversión política", prosiguió Iribar, antes de recordar que a su marido "le asesinaron porque molestaba al plan político de ETA".

Por este motivo, mantuvo que no resulta, "en absoluto, ético ni moral que quienes defienden el proyecto político de ETA tengan derecho a presentarse a unas elecciones", cuando a Gregorio la banda terrorista "le quitó esa posibilidad".

En el acto tomaron parte destacados dirigentes del PP como su portavoz en el Congreso, Alfonso Alonso.