Veintiocho días después de jugar por última vez en casa, con aquel preocupante empate con el Marino y los gritos desde la grada de "Calderón, dimisión", el Tenerife vuel-ve a encontrarse con su público. Lo hace, una jornada más, con la necesidad de no fallar -puede recortarle dos puntos al Castilla, que empató ayer- y de despejar las dudas sobre su fiabilidad como aspirante al ascenso, unas dudas que se mitigaron -no para todos- por el 0-4 en Alcalá, de hace dos domingos, pero que cobraron más sentido con la gris actuación en Vecindario.

Los blanquiazules se encuentran ante otra cita en la que no les vale ninguna excusa. Les toca superar a uno de los filiales de la categoría, un Sporting B al que los de Calderón vencieron (1-3) en la primera vuelta y que está instalado en la parte tranquila de la tabla; eso sí, con una racha de siete empates seguidos que dio paso a tres triunfos y que se cortó con la reciente derrota con el Castilla en Mareo.

Para sortear el obstáculo de hoy, Calderón dará continuidad al equipo con el que inició la visita al Vecindario, con la excepción de la entrada en la alineación del canterano Abel, que no participa con el primer equipo desde el partido ante el Getafe B y que fue elegido por el técnico para cubrir la baja por sanción de Marcos Rodríguez. Además, es muy probable que uno de los tres fichajes de invierno, Aridane, sustituya a Kiko Ratón.

En ese "once" estará otro de los refuerzos, el lateral izquierdo Llorente, quien, al igual que Aridane, lleva dos partidos con su nuevo equipo (Alcalá y Vecindario) pero no ha jugado con el uniforme blanquiazul en el Heliodoro. Otro aliciente estará en ver de nuevo en el césped del estadio a Pablo Sicilia. No lo pisaba desde el 28 de mayo de 2011. Siete días más tarde sufrió una lesión de rodilla que lo mantuvo alejado de la competición hasta el duelo en Vecindario.

El central formará parte de una defensa en la que David Medina repetirá como lateral derecho.