El empresario José María Ruiz-Mateos ha comparecido hoy en dos juzgados de Palma para no ser detenido, pero se ha negado a declarar sobre sendas estafas en la venta de dos hoteles por los que ha sido denunciado porque, según ha afirmado, no cree en la Justicia y se ha referido a ella en términos despectivos.

"La Justicia es de vergüenza, pero sabe lo que les digo a los jueces: ¡Que me los paso por los cojones!", ha insistido el empresario a los periodistas a su salida de los juzgados de Palma, en los que se ha acogido a su derecho constitucional a no declarar.

Antes de regresar a Madrid, el empresario ha insistido en que no se arrepiente de nada de lo que ha hecho y que volvería a hacer lo mismo: "trabajar por los demás" y para la clase obrera.

Fuentes jurídicas del caso han explicado que ahora previsiblemente los jueces decidirán si dictan alguna medida contra el empresario, que estaba advertido por una de las magistradas que ordenaría su detención si no comparecía hoy en su tercera citación.

Con un poco de retraso, Ruiz Mateos llegó a los juzgados de Palma a las 10.09 horas en compañía de uno de sus hijos y su abogado, Ignacio Peláez, y tras comparecer ante los dos jueces que lo habían citado salió de los tribunales una hora después.

Tanto a su entrada como a su salida, y entre juzgado y juzgado, el empresario no paró de hacer declaraciones a los periodistas, unas veces un tanto confusas o inconexas y otras insultantes hacia los jueces, y culpando de todo lo que le pasaba al banquero Emilio Botín.

"No me arrepiento de nada, me siento feliz y orgulloso de haber trabajado para la clase obrera", dijo al llegar el empresario, quien se quejó "de venir a la fuerza como si fuera un reo de mala muerte".

A medida que pasaba de un juzgado a otro, Ruiz-Mateos elevó el tono de sus declaraciones y comenzó a arremeter contra los jueces.

"Yo no he hecho más que cosas buenas, y se empeñan en que soy un malvado, un perverso -ha dicho-. Esto es un cachondeo integral. Es una vergüenza todo lo que veo aquí. Si no existe la Justicia. No saben lo que tiene que hacer. Antes de entrar ya tienen todo firmado".

El empresario acusó a Botín de ser el responsable de "todo lo que ha pasado con Rumasa" y de comprar a los jueces: "La Justicia es de vergüenza, pero sabe lo que le digo a los jueces: que me los paso por los cojones".

Y al ser preguntado si había declarado, contestó: "Si no creo en la Justicia cómo voy a declarar. Una vergüenza, no existe, pero sabe lo que le digo: que me paso por los huevos lo que digan los jueces".

Entre sus comparecencias en los juzgados de instrucción números 3 y 9 de la capital balear, Ruiz-Mateos repartió a los periodistas un escrito con el título de "El espejo de mi alma" en el que asegura que es objeto "de la mayor infamia y falsedad".

La primera querella por la que ha comparecido el empresario se instruye en el juzgado de instrucción número 3 de Palma, donde fue denunciado por el empresario Francisco Miralles por una supuesta estafa de casi 14 millones de euros en la venta del hotel Eurocalas, situado en Calas de Mallorca.

Miralles vendió en 2006 a una empresa de Zoilo Pazos, sobrino de Ruiz-Mateos, el hotel Eurocalas por 24 millones de euros mediante un contrato en el que el empresario y sus hijos varones actuaron como avalistas.

Varios de sus hijos, así como su sobrino, declararon en su día ante este juzgado palmesano y atribuyeron al patriarca de la familia la decisión de comprar el hotel y las posteriores gestiones en torno a él.

En el juzgado de instrucción 9 de Palma Ruiz-Mateos está acusado en otra querella relativa a la venta de otro hotel por parte de la familia Radó. Se trata de la venta a plazos de un hotel por un procedimiento similar al anterior caso, ya que sobre él los empresarios también constituyeron luego una hipoteca y, posteriormente, dejaron de pagar el dinero de la compra.

Tras su declaración el pasado día 12, el juez Enrique Morell decretó la prohibición de salir de España para los seis hijos varones del empresario y también la obligación de que comparezcan cada quince días en sede judicial.